El gringo había nacido un 30 de noviembre de 1948, nació en La Playosa pero su lugar de crianza fue en la zona rural, en el denominado Paraje “Los Troncos”, muy cerca de Silvio Pellico, su familia de origen estuvo constituida por su papá  y mamá, fueron dos varones y dos mujeres los hijos nacidos de ese matrimonio.

Más adelante constituyó matrimonio con María Elena Lazurri, tuvieron tres hijos, Iván, Noelia y Sofía,  estuvieron juntos 49 años de casados, contrajeron enlace un 27 de diciembre, el se despidió el 28 de diciembre del 2018.

A medida que pasa el tiempo, vivimos tan rápido que uno a veces no tiene la oportunidad de procesar todo lo que vive, “el gringo” Demarchi fue un tipo que siempre estuvo cerca de nosotros los que pasamos y aun estamos en la cooperativa de Luz y Fuerza de Pozo del Molle.

Yo no sé si puedo decir que fui su amigo, pero si puedo decir que compartí un montón de momentos, lo recuerdo pasando a charlar un rato con nosotros en el turno tarde, con mis compañeros de trabajo, siempre estaba en la conversación el tema de la cooperativa, las cloacas, la clínica, el canal de televisión o lo que fuera. Alguna que otra charla de fútbol en donde hablaba de River, equipo del cual era simpatizante y la queja de siempre cuando tenía que cambiarme el tubo de gas, me pasaba a buscar por la cooperativa y luego me llevaba a casa, en el camino eran risas y risas, tenía mucha memoria de cuando cambiaba los tubos y de los cambios en los hogares, cuando sacaba la garrafa me decía, “por tipos como vos, tengo que dejar de trabajar, hace 8 meses que no vengo, o te mudas completo acá al barrio o yo dejo, no ganó nada con vos” o si no me decía con su clásica simpatía que nunca caía mal en mi caso, “todavía no te mudaste completo y ya hiciste una piletita, que bien que tenemos en la cooperativa”.

Su despedida fue muy rápida, en aquella charlas que teníamos arriba de su chata y  en el trayecto que les decía recién, muchas veces más allá de las risas, fue un hombre que amó muchísimo a su familia, por momentos conmigo sacó esa coraza de humor y mostró su costado sensible, se preocupó y festejó conmigo en charlas algunos contratiempos que tuvieron sus familiares directos.

Cuando la red social de facebook me recordó que hacía 5 años se inauguraba la clínica, se me vinieron muchos recuerdos y en las fotos aparecía su estampa, por eso quise recordarlo hoy, por que más allá de que lo vi entregar todo por la cooperativa, quise saber un poco más de él, le agradezco a su esposa que me atendió la puerta y me permitió indagar un poco más sobre algo de la vida, la vida de un bonachón para mi, “el gringo Demarchi”.

¿Dónde cursó estudios primarios?

María Elena – “Sus estudios primarios los hizo en la escuela rural, campo la Gina, Esteban Echevarría se llamaba, siempre me contaba de que iban en volanta a la escuela a Silvio Pellico a ver sus familiares, nosotros siempre hemos ido a los aniversarios de la escuelita, a él le gustaba por que se reencontraba con sus amigos, la pasaba bien”.

¿Dónde fueron los lugares en donde trabajó?

María Elena – “Sus primeros trabajos fueron con tareas de campo, hacia el tambo, después cuando nos conocimos el tenia 17 años y yo 15, nos pusimos de novio, estuvo cerca de entrar a trabajar en una fábrica que estaba por ahí cerca, al final no se dio y nos casamos, luego del viaje de boda nos vinimos a vivir a Pozo del Molle”.

¿Por qué se dio de que llegaban a Pozo del Molle?

María Elena – “Por que acá teníamos propuestas de trabajo en la ERA, en esa época estaba a full, don Viano le había ofrecido estar ahí, estuvo antes ni bien llegamos tres días de changarin en el consorcio caminero por intermedio de un hombre, Platini. En la ERA estuvo 10 años hasta que la empresa lamentablemente no funcionó más y se pasó a Sancor en donde estuvo otros 11 años más, el era encargado de vacío, si mal no recuerdo, estuvo con Goddio, fue mucho trabajo para él, siempre me contaba, después empezó al mismo tiempo a vender gas con Fiuri,

¿Cuándo empieza a independizarse en el trabajo?

María Elena – “Cuando quedé embarazada de las mellizas, el empezó a vender gas y un día repartiendo gas en bicicleta se encontró con un hombre que lo vio y le dijo si no quería vender gas para ellos, eran creo de la firma Villa María Gas, la que estaba a la entrada de la ciudad, empezó con un carrito, después tenía un rastrojero, hasta que empezó a crecer y le dijo adiós a la fábrica y se dedicó a vender por mayoristas. Nuestro fuerte era el gas, carbón, mercaderías después lo hizo hasta que se jubiló y dejó, porque ya no tenía más ganas. Los dos teníamos nuestros trabajos, yo trabajé, tenía dos máquinas y hacia trabajos de costura para gente de afuera”.

¿Cuándo se independiza, fue familiar y llegaron algunos colaboradores más?

María Elena Lazurri – “Si además de trabajar nuestros hijos, pasaron algunos empleados, el que para nosotros es como un hijo es Andrés López, está viviendo en La Playosa pero trabaja aquí en “Agroacopio”, se que vende en La Playosa carbón y hielo siguió con algo de nuestra tradición. Como colaboradores pasaron algunos más, estuvo Cristián Navone, Maximiliano Núñez que hacia trabajos en la computadora,  Espindola también en el último tiempo”.

¿Además de estar en la cooperativa, trabajo en algunas comisiones de otras instituciones?

María Elena Lazurri – “El ayudó a muchas instituciones pero no estuvo en ninguna comisión, su idea siempre fue estar en la Cooperativa de Luz, lo vinieron a buscar muchas veces de partidos políticos, el no quiso estar porque era apolítico, parece ser que tenes que ser radical o peronista, a pesar de tener amistad con Carlos Salvático por que vivimos en una época cerca en el centro, todo bien como amigo, pero él no sentía la política, sus ideas eran más avanzadas, recuerdo que me dijo una vez que terminaban la obra de cloacas y dejaba el consejo de administración y un día me dijo sigo hasta que terminen la clínica, debo tener aquí en un cajón guardado, las medidas que tendrían las media sombra del estacionamiento de la clínica, él quería proteger los autos ahí al frente y andaba con eso, después el se enfermó y aun quedo sin hacer eso”.

¿Qué comentaba con ustedes el de la cooperativa?

María Elena Lazurri – “La cooperativa era su vida, podes preguntarle a las chicas que trabajaron ahí porque el inauguró la clínica y seguía yendo a tomar un café al bar, yo a veces ni sabía que iba, pero su vida era eso, era algo más fuerte que el. Tengo una anécdota con el Dr. Tavella que cada vez que voy no se animaba a nombrarlo, pero me dice usted venga cuando quiera, que yo la voy a atender por respeto a mi amigo”.

“Él quería mucho a todos, uno de sus grandes amigos fue Cacho Caffaratti, aun recuerdo la anécdota de cuando hizo arreglar con la cooperativa el reloj de la iglesia, lo que renegaron con ese reloj, le dijo al Tuli, al hijo de Sofía que él lo había pintado con la escoba, entonces el pasaba por ahí y decía mi nono pintó con una escoba la iglesia”.

“Él había estado en la cooperativa antes, en el periodo en donde era presidente Walter Serre, justo cuando fallece mucha gente desfilaba por nuestra casa a pedirle que no le cortaran los servicios, entonces un día le dije, si queres volver, trata de que no venga nadie a tocarnos la puerta en casa, me dijo que me quedará tranquila que eso no iba a pasar, estuvo 4 años afuera y volvió a ingresar. El estaba siempre en la cooperativa, si no nos íbamos de viaje, estaba a disposición siempre para ir y firmar todo, era lo que a él le gustaba”.

¿Salían mucho a bailar? A él le gusta organizar la fiesta de  fin de año recuerdo.

Maria Elena Lazurri – “Si seguíamos a Los Bohemios, Lucarelli, Santana, íbamos a bailar a todos lados, un día estábamos reunidos en Silvio Pellico, los 1º de mayo nos juntábamos con todos los Demarchi, le dijo a uno de sus sobrinos, “cuando yo no esté me vas a tocar un pasodoble en el cementerio”, él era el tío chit en su familia, lo tratan de loco pero él lo quería enserio a eso, era su deseo”.

¿Cómo fue su despedida?

María Elena Lazurri – “Su partida fue muy rápida, tuvo una enfermedad congénita, en Córdoba le hicieron todos los estudios, el diagnostico fue rápido y la resolución también, su despedida fue muy concurrida, tenía un montón de amigos. Lo que te quiero contar es que yo estuve complicada al principio y él me acompaño, pude salir adelante, un día cuando estaba mejor me dijo, “si me toca primero a mí, lo único que te pido, es que no me lleven flores, si no que haya música en mi despedida”.

“Él cuando había cena de la cooperativa en Tío Pepe, justo coincidía con los acordeonistas, el se sumaba a cantar con ellos, le encantaba, organizaba las fiestas de fin de año, así que en el sepelio Hernán Mattio y su sobrino Sergio Baldassa tocaron la marchesina”.

Al final de la charla, María Elena me siguió contando un par de anécdotas, el gringo era un apasionado de los documentales, animales, fueron juntos varias veces a ver pingüinos, ballenas, viajó mucho y bailó un poco más.

Aún lo recuerdo con la sonrisa fácil, sus ocurrencias y sus preocupaciones por la cooperativa, cuando se despidió, no pude dejar escrito algo de él, hoy con mi página web puedo saldar esa deuda, por suerte sabía que tenía una foto con él, la foto en donde estamos juntos es en el club Dowdall, la sacó Ariel Díaz y era en el centenario del club, así que ahí va otro brindis por vos gringo.