La capillita de Mana es el claro ejemplo de que un pueblo jamás debe olvidar de donde viene, un pueblo que no honra su historia, su camino, difícilmente pueda recordar el esfuerzo y los pasos transitados en donde forjó los cimientos para las generaciones que vendrán.
A la hora de escribir me invaden los recuerdos, es que pasamos mucho tiempo ignorando tantas situaciones que no podemos ver, por el simple hecho de no indagar o de no tener la oportunidad de estar, quizás incluso mientras estoy escribiendo esta nota haya aun todavía personas que no han tenido la chance de conocer esta capillita que está en el corazón de muchas personas de nuestro pueblo y zona. En lo personal es una capillita que visualice desde pequeño, en su momento mi amigo Rolando y luego Diego Cena, en cada cumpleaños de ellos nos llegábamos al campo y la teníamos al frente, el tiempo le había pasado factura, estuvo descuidada en su imagen exterior aunque lejos estaba de serlo en el interior y en la fe de aquellos que siempre estuvieron conectados con la “Divina Providencia”.
No hay mucha información de ella, en el libro de los 100 años de Pozo del Molle tiene un escrito pequeño y están las palabras inolvidables del gran historiador Conrado Mana, esas mismas están encuadradas detrás de un marco con cristal dentro de la propia capillita. La capillita está ubicada a 4 kilómetros, uno toma la ruta E 52 hacia Carrilobo y en la curva, en el primer camino que baja hacia la izquierda, siempre recto y con una codito de tierra, la ubicamos por la mano izquierda, luego de un camino maltratado por el constante paso de la cotidianeidad rural.
La capillita comenzó a construirse en 1902, aunque la imagen que llegó desde Italia, el óleo pisó Buenos Aires en el año 1908, de hecho en la reciente remodelación se ha colocado el año 1908 como año basal de la misma, junto con el año de la puesta en marcha de su recuperación, el 2020, que la vio mejorada y de nuevo muy visitada.
La historia de la construcción de la capillita nace del matrimonio formado por Luisa Bernardiz de Mana y su esposo Juan Mana, Luisa sufrió un grave accidente con su caballo mientras iba en sulky al pueblo, Juan y varios de sus familiares se avocaron a la fe y pidieron por su recuperación ante la “virgen de la divina providencia”, con el compromiso de edificar una capilla en caso de que todo transcurriera a favor de la salud de Luisa.
Como reza el escrito dentro del lugar, esta capilla dependió de la diócesis de Villa Del Rosario, el sacerdote Lindor Ferreyra, fue quien se ocupó de los primeros bautismos, casamientos, comuniones, confesiones. El valor de la capilla adquiere relevancia porque incluso es la más antigua del pueblo, es antecesora a nuestra Inmaculado Corazón de María, ya que la que la iglesia que rodea nuestra plaza Bartolomé Mitre comenzó a gestarse un año después de la capillita de Mana, además estaría lista o sería inaugurada 6 años después, en 1914.
Estaba repasando en mis redes sociales, viendo que el 25 de junio del 2020 recibí fotografías de familiares de Mana que me contaban de esta histórica recuperación, la familia Silvestre, Cattelan, el propio Roberto Maná me iban acercando información, la pintura exterior llegaba, se colocaban bancos afuera para que la gente descansará si quisiera luego de la caminata.
El sábado 4 de julio del 2020 nos juntamos con Roberto, hicimos una nota televisiva y el nos contaba con mucho orgullo lo siguiente “gracias a una idea del primo “Mingo” Mana se está haciendo la recuperación, estaba en buen estado pero se la está poniendo en condiciones, viene mucha gente a visitarla, esperemos ahora vengan más, la familia tiene las llaves, debo agradecerle a Américo Bossio (chiche) que es una de las personas que viene siempre, a todos los peregrinos de la virgen que viene de Italia de la zona de Cúneo, el milagro principal de esta virgen fue hacer hablar a sordomudo, es la protectora”.
En esa charla con Roberto, le preguntábamos que se encontraba dentro de la capilla, el nos contó que años atrás había gente que llevaba oro, cadenas de plata, vestidos de novias, zapatos, bueno eso se deterioraba y el oro era tentador, se guardó en distintos lugares ya que ahí no lo podían dejar.
En la pared el escrito dice que cada 9 de mayo se celebraba la festividad, lo que no queda muy claro es si se festejarían hoy los 119 años de comienzo de la construcción o si son 113 con la llegada de la imagen desde Buenos Aires, al frente del lugar figura el 1908 como año clave.
Aunque debo decirlo, el número no va a cambiar la importancia que tiene en nuestra localidad, la satisfacción llegó el 23 de julio, unos 19 días después de la nota y el pedido de Roberto Mana, los concejales oficialistas de la gestión municipal del Dr. Jorge Roland habían escuchado el pedido y se decretó de forma unánime la ordenanza que declaraba de interés municipal cultural religioso, placa que después sería otorgada a Roberto en el festejo patronal del 8 de septiembre de 2020.
Como había dicho Roberto, esa declaración, hace que esté protegida, ya ni el agua de las inundaciones, ni siquiera la traza de algún proyecto nacional o provincial, (la autovía Rio Cuarto –San Francisco, le pasaría a 500 metros), podrán derribarla, quedará para la posteridad.
Hoy 9 de mayo del 2021 estuve en la capilla, siguen estando allí las placas en modo de agradecimiento que la gente le escribe a la virgen, recuerdo que con solo subir la foto el año pasado, varios ex jugadores de Sportivo me contaron que el rojo hacia varias fechas que no podía ganar de local, fueron los jugadores horas antes del partido a pedirle, Sportivo volvió a la victoria y prometieron volver una y otra vez, ese año fueron campeones, de hecho está la placa.
Fue muy emocionante volver y ver las placas afuera colocadas, a veces pienso si las instituciones educativas como pasó conmigo siendo adolescente, no podrán hacer una travesía y llegar con los alumnos hasta allí, que bueno sería oficiar una breve misa en este mes tan especial.
Solo me resta decir, al lugar de fe tan tradicional y tan querida capillita, ¡muy feliz aniversario!, hoy vi en sus paredes el logro de todos, de aquella familia que no olvido y reconstruyó, más el apego de un pueblo que entendió que la historia se respeta.
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