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2023-05-26 09:40:00 Centro Comercial e Industrial
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CERCA DE 7 DÉCADAS DEDICADAS AL TRABAJO

La familia Bonetto, es un apellido asociado a la “CARNICERÍA”, hace 67 años empezaron, Carlos está al frente hoy, desde hace 40 años los ubican en la calle Raúl Dobric y Mendoza.08/02/2021

CERCA DE 7 DÉCADAS DEDICADAS AL TRABAJO

La familia Bonetto, es un apellido asociado a la “CARNICERÍA”, hace 67 años empezaron, Carlos está al frente hoy, desde hace 40 años los ubican en la calle Raúl Dobric y Mendoza.

Debo confesar que un poco nostálgico me pone empezar a contar algunas historias, mi papá Silvio, fue por momentos una persona de mucha llegada y cercanía a esta familia, podría decir que son amigos del Sello, es por eso que me junte a charlar  con Ilda y Carlos Bonetto para repasar este lindo legado familiar.

El origen de la familia”

“Nosotros venimos de Ballesteros Sud, un pueblo muy chiquito, en el año 1947 llegamos a Pozo del Molle, yo tenía 1 año, mi mamá me contó que me largué a caminar en la estancia la independencia, mis hermanos Chiche y Hugo uno habrá tenido 18 y el otro 16 años. Mis padres fueron Domingo Ignacio Bonetto e Isabela Rosales de Bonetto”. (Cuenta Ilda)

“De parte de Hugo Bonetto y Amalia García, los hijos fueron Cacho ya fallecido, Alicia hoy en Córdoba casada con Chiavassa y Carlos casado con Bibiana, Sandra en pareja con Omar Bonetto. De Chiche la única hija es Ana María Bonetto casada con Osmar el “turco” Núñez. (Agrega Carlos)

Ilda - “Yo me casé con Toli Rivero, tengo dos hijos, 5 nietos y una bisnieta. Mi mamá era ama de casa y mi papá trabajaba en la estancia la independencia, el llegó ahí porque un hombre de Ballesteros Sud, Brigante de apellido, era conocido por los dueños de la estancia, Peralta, Ramos y Hernández, de Buenos Aires eran los dueños, nos vinimos y ellos hicieron todo tipo de tareas allí”.

“El comienzo de su vida social y comercial en Pozo del Molle”

Ilda - “Con el tiempo mi papá con el permiso de los patrones pudo comprar unas vacas y tener un tambito, tenia creo que 20 vacas y 20 terneritos y hacia el tambo, mis hermanos se fueron al servicio militar, Chiche fue al Chajarí Entre Rios y quedo el Hugo, mi mamá ayudaba, al tiempo volvió Chiche y se fue Hugo al servicio. Chiche era el más ambicioso de nosotros, él sabía que mi papá guardaba dinero, él quería ser alguien, quería que mi papá comprará algo, un campo, cuando mi papá dijo que si ya habían cerrado trato con otras personas”.

“LA CARNICERÍA BONETTO”

Ilda – “Fue el comienzo en la carnicería que era de Don Camilo Gribodo, desde que vinimos a Pozo del Molle siempre comprábamos ahí, se ve que mis hermanos les habían caído simpáticos, a punto tal que Camilo decía “cuando yo venda la carnicería, se las voy a vender a ustedes”, la ubicación era propiedad de Giacometti, sobre calle Buenos Aires al frente  de Ulderico Mecchia, al tiempo adquieren más espacio hoy en donde está “Yiyo” Viotti, ponen la carnicería, en el año 1954, ahí arranca la historia”.

Ilda - “En la carnicería empezaron Chiche y Hugo quienes carneaban y luego traían todo a la carnicería, recién en el año 1963, “Toli” Rivero iba a carnear él, el matadero todavía no estaba, los hermanos Bonetto trabajaron juntos hasta el año 1981”.

Ilda- “A la mañana trabajaban mis dos hermanos, uno salía a repartir con la jardinera por el pueblo, el otro se quedaba en la carnicería, a la tarde iban un día cada uno”.

Carlos – “A la mañana cuando llegaba Toli con la carne había que hacer chorizo, antes, no se hacía milanesa por lógica, pero hacíamos 30 ó 40 kilos de chorizo todos los días, yo era chico. El abuelo había comprado todas las parcelas de la calle hoy Manuel Dorrego, que rodean a la Capillita de Pozo del Molle, de hecho Ilda vive aun en esa calle, en ese lugar tenia la jardinera, caballo, chivos, chanchas, corderos, de todo un poco, los fines de semana carneaban 100 pollos, todos los sábados y 3 ó 4 lechones o corderos”.

Carlos – “Mi papá me contaba que en un tiempo habían llegado a carnear 90 novillos de 550 kilos en el mes, no lo podían creer, antes se carneaba todo, tenias que limpiar las tripas, no es como antes, ahora te traen limpio, te venden las tripas, antes se hacía todo a pulmón. La gente sabía lo que iba a comer día a día, entonces ya le habían encontrado la vuelta, cortaban la carne justa para llevar, siempre eran media res todos los días, teníamos una yegua mora, me llevaban a mí que era chico, iba sola, arrancaba de la carnicería y se paraba de Cacho Asinari, seguía de Marino, doblada sola frente al Banco e iba de la Chocha Barbero, después en la vuelta, llegaba hasta la casa del padre de Daniel Godino, en la esquina del boliche "la turca", la yegua ya se frenaba por que se bajaban a tomar el “pirinchin” que le decían en aquella época. Eran todas calles de tierra, el pavimento llegó y la primera cuadra pavimentada fue al frente de nuestra carnicería”.

“40 AÑOS EN LA ESQUINA CLÁSICA Y CON CARLOS AL FRENTE 17 AÑOS, SU NUEVA HISTORIA”

Carlos – “Si mal no me falla la cuenta fueron 27 años que estuvieron juntos y luego deciden dividirse, tenían los hijos grandes, cada cual tenía sus pensamientos, pero lo hicieron de muy buena manera, con decirte que se dividieron 2 campos, tenían 200 hectáreas, en ese entonces mi papá Hugo, había comprado el sitio este donde estamos viviendo y tenemos hace 40 años la carnicería, sobre calle Mendoza y Raúl Dobric, la tradicional esquina”

Carlos - “En la década del 80 cuando abrimos en el nuevo lugar, no había muchas carnicerías, solo la de Erguanti, que ahora la tiene Fantini, después no había otra carnicería acá, por eso buscamos y salió este lugar, la carnicería se la hizo Juan Pezzano”.

Carlos - “En el “81” cuando empezamos acá mis papás tenían como empleada a Mirta Paz, hacía muchos años que estaban ahí, cuando agarramos con mi señora nos pusimos junto a nuestros hijos. Yo hace como 6 años que le agregué el hecho de cocinar para la gente, veía que en varios lados cocinaban, te preguntaban cuando venían a comprar un lechón, chivo, si no sabía quién asaba, un día se me dio por comprar un horno, de ahí pasé a comprar tres, al año siguiente. Cuando me di cuenta que teníamos uno solo y eran las 3 ó 4 de la mañana y estábamos cocinando, ahora trabajo más cómodo y más trabajo tengo, cocino hasta los días de semana, se hizo el boca a boca, hasta el año pasado cocinaba para las promociones, les hacia peceto, se los cortaba con la fiambrera y ellos se hacían los sándwich, por peceto salen 40 ó 50 fetas. Le buscas la vuelta para que todo funcione, la carnicería se llamó siempre carnicería Bonetto, cuando abrimos acá decía de Hugo y Emilio Bonetto, después le pusimos de Carlos Bonetto”.

Carlos – “Creo que mis hijos fueron para otro lado, yo también fui para otro lado, mi papá cuando inauguró acá nos reunió a los hermanos, todo había sido de palabra, les dijo a ellos que si yo seguía con él en la carnicería la casa que estaba haciendo me la iba a dejar a mí, yo si bien lo ayudaba a él, también trabajaba en el campo, pusimos un tambo con mi señora, un día, se jubila mi papá, coincide en que legalmente había que poner el nombre de su sucesor, así que al poco tiempo agarré la carnicería. Hoy sacando la cuenta, te digo que hace 17 años que estoy solo al frente de la carnicería”.

“Recuerdos del matadero y las vivencias de cada época”

Carlos – “En el matadero tuvimos experiencia, mi papá no dejaba a nadie sin trabajar, para salir teníamos que trabajar, el matadero estaba en el basural, en ese lugar, era municipal, antes iban los mismos carniceros a carnear, todos los carniceros tenían su propio carneador, un predio municipal con matadero, había una casita en donde vivía gente ahí, trabajaba Elvio Cuello, Pancho Acosta, Silvio Astrada, Ninino Ferreyra. Se abandona cuando empezaron con el tema de la sanidad y controles, lo clausuraron, entonces tuvimos que irnos a carnear a Las Varillas, al frigorífico, éramos 5, Valdez, Erguanti, Pronetto, nosotros y Walker, tenias que ser accionista, íbamos todos los días a buscar la carne. Hasta que el Centro Comercial decide hacer el frigorífico y queda a nombre de Guido Petri, el se los ofrece a los Bonetto, Chiche no quiso saber nada, mi papá tampoco, nunca hicieron negocios por fuera de la familia, a nosotros nos ofrecieron porque éramos la carnicería que más carneaba”.

Carlos – “Antes se vendía la pulpa con hueso, el cuadril con hueso, cambia, la gente es más exigente, antes te vendían el trozo de pulpa y no te vendían los bifes, hoy vendes bifes, antes vendías el pollo entero o por mitad, era increíble como vendías el menudo, ahora no lo vendes nada, lo terminas tirando. Ahora se acrecentó la hamburguesa, las milanesas de pollos, esas cosas, hoy el frigorífico te escribe por WhatsApp, ni siquiera estamos nosotros, entran acá, te bajan la res y se van. Hoy te traen las cajas de pollo congelado, la vida de antes no es lo que vivimos ahora, antes era una locura como se trabajaba”.

“La pandemia y el nuevo contexto”

Carlos – “Yo el balance que hago, es que cuando mi papá hace la carnicería, vinieron los de bromatología del Senasa, no se la aprobaron por un metro y medio de azulejo que le faltaba alrededor de la carnicería, antes había más control, por otro lado la gente no es más como antes, el bolsillo ya les pesó bastante, la pandemia ayudó a que la gente valore más el peso que tenía en el bolsillo, antes compraban por que no tenían problema, ahora estudian mes a mes, día a día, ya programan las compras”.

¿En qué creen que marcan diferencia?

Carlos – “La diferencia creo que se hace con el buen salame, el salame seco, las buenas morcillas, tratar de elaborar lo que más se pueda casero, a veces estábamos tapados en trabajo y comprábamos y no era lo mismo, el criollo, no dejarle faltar nada”.

Anécdota y cierre de Ilda

Ilda – “Toli puso mal el reloj, fue a buscar el rastrojero un día, en vez de llegar a las 3, llegó a la 1 de la mañana y Hugo recién llegaba del bar, cuando sintió el ruido creyó que le robaban el rastrojero, pero no, era Toli que se había equivocado con el horario (sonríe). Yo estoy orgullosa de mi familia, a mis hermanos nadie les regaló nada, podrían haber tenido más, no quisieron nunca tener problemas entre ellos, como laburaron, un montón, yo los vi”.

“Cierre de Carlos y una anécdota que parece de otros tiempos, códigos para copiar”

“Los hermanos se dividieron 200 hectáreas, 200 animales, herramientas en un campo y otro, se sentaron los dos tiraron la moneda, sin escribano, sin contador, ellos solos, vos te quedaste con esto y todo bien”.  

“Mi consejo a los jóvenes es que hay que laburar y hacerlo a conciencia, siempre fijarte con quien te rodeas, hoy en día, yo creo que lo poco que tenemos, es porque tenemos el apoyo de la familia, mi señora y los chicos”.

Con lágrimas en los ojos, con el recuerdo de los que ya no están, Ilda y Carlos, contaron una pequeña parte, de una historia de casi 70 años en Pozo del Molle, los Bonetto vinieron dejaron una huella y aun continúan andando entre nosotros, con los códigos de aquellos tiempos.

 

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