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2023-05-26 09:40:00 Centro Comercial e Industrial
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ESTA GENTE NOS PERMITIÓ VIVIR DIGNAMENTE

Norma Mercol (peluquera a domicilio), desde hace 25 años, cada vez que saluda a la gente en su pueblo le remarca esa frase a su hijo, con su bici un bolso y una sonrisa cada día la lucha.20/12/2020

Norma Mercol (peluquera a domicilio), desde hace 25 años, cada vez que saluda a la gente en su pueblo le remarca esa frase a su hijo, con su bici un bolso y una sonrisa cada día la lucha.

Norma Lucia Mercol es hija de Roberto Mercol e Isolina Caffaro de Mercol, su mamá fue ama de casa y su padre siempre trabajó en el campo, fue tambero, tuvo emprendimientos propios “carnicería” hasta que jubilado siguió haciendo tareas rurales. Tiene una sola hermana, que se llama Estela Maris Mercol de Carradori, vivió en La Playosa hasta los 12 años, hizo toda la primaria en ese pueblo, de ahí en adelante vive en Pozo del Molle.

¿Qué recuerdos tenes de tu infancia?

Norma – “yo de la primaria tengo muy lindos recuerdos por que jugábamos mucho, yo tengo una chica acá que es Marisa Foglio de Baza, que fuimos todo el primario juntas, recuerdo que iba a su casa y tomábamos la merienda, competíamos para ver quien hacia la mejor maqueta y su mamá que vive todavía y gracias a Dios hace poco tuve la suerte de verla en el casamiento de los nietos, la peine, tenía una gran habilidad y nos daba una gran mano”.

¿Qué recuerdos tenes del secundario y los docentes?

Norma – “Yo empecé el secundario un año después que llegué a Pozo del Molle, no lo hice enseguida, en el Instituto Gral Manuel Belgrano, me fue bien, me gustaba y nos tenían bastante cortos, tuve a Aida Piccato, Lucia Valenciano, con el tiempo se transformaron en clientas mías, Blanca Massuco, nos daba clase el padre Tosolini, Educación Cívica”.

¿En qué momento descubrís tu profesión, peluquería?

Norma - “Yo estudiaba en el secundario y trabaja los sábados en la peluquería de Celina Asin, la señora de Walter, las chicas de ellos eran muy chicas, la tenía en donde vive actualmente a la peluquería, después se dedicó más a las depilaciones, yo los sábados iba a la mañana y me quedaba a almorzar con ellos. Yo lo hice un poco por hacer algo, aprendí, no sabía nada, Celina me tuvo mucha paciencia, hacia pocas cosas, pero allí fueron mis comienzos”.

A pesar de esta gran experiencia con Celina, podemos decir que Celia de Falco ¿fue tu gran maestra?

Norma – “A los 15 años comencé a trabajar con Celia de Falco, a los 20 me casé y dejé, volví unos 13 años después por qué me dediqué a criar a mi hijo Diego (Férez), vuelvo porque ella se queda sin empleada, que era Roxana la sobrina de ella, me contacta y me dice, no te gustaría ir a domicilio, de paso me ayudas a mí, me pareció que podía ser. Celia me decía que no había nadie que fuera a domicilio, le dije que me de unos días para retomar el ritmo, llevaba mucho sin hacer nada”.

“En aquel tiempo estaba el hogar de día, buscábamos a los nonos y yo probaba y practicaba ahí, no les cobraba, hacíamos permanentes, base, eran otras técnicas, no les cobrábamos y yo agarraba experiencia, estuve dos años con Celia y luego como paralelamente ya hacia domicilios, tuve que dejar porque tenía mucho trabajo en los domicilios, no había tantos remises en aquella época y mucha gente no salía de sus hogares, la gente grande principalmente, Celia tenía razón se lo debo a ella”.

¿Por cosas de la vida nos dejó hace poco, te afectó?

Norma – “La partida de Celia fue un golpe, tuvimos una relación muy linda, creo que todas las chicas que pasaron por ahí la tuvieron, ella era muy exigente en el trabajo, por eso uno aprendía bien, me acuerdo que para atar los rulos de las bases no me decía nunca que estaban bien, yo decía no puede ser, que no me digas una vez, pero tenía razón, no estaban bien atado. Fue muy generosa, nunca me vio como competencia, ella me incentivó a que yo hiciera esto, yo limpiaba casas de familia y Celia me decía vos estas para más, a los hogares tenes que ir pero de peluquera, tenes esa posibilidad, tenes el carácter, trabajaste conmigo”.

“Nuestras vidas después tomaron nuevos caminos pero nunca nos dejamos de querer, luego Diego mi hijo y Jesica su hija en Córdoba tenían amistad, de hecho siempre recuerdo de memoria el número de teléfono de Mónica Costamagna de Bergmans porque siempre discaba para comunicar a Jesica con Anita, si estaba la cruzaba en la ruta por qué no se animaba a hacerlo sola, yo los quiero como si fueran familia”.

¿En qué casas trabajaste limpiando y ayudando?

Norma – “Estuve mucho con la mamá de Pablo Narduzzi, Teresita, además con la familia Vargas, con Damián, el era muy chico, estuve de la familia Malla que tenia los mellizos Fernanda y Claudio, de Bayunca Ferrero también”.

¿En qué momento te largas con la peluquería a domicilio? ¿Cuánto tiempo llevas?

Norma - “El próximo año cumplo 25 años que estoy sola y salgo a hacer domicilio con mis tareas de peluquería, el domicilio tiene cosas buenas y malas, sos mucho más que una peluquera, por decirte a veces llegas en mal momento, en alguna discusión, gracias a Dios pude tener la capacidad de que cuando salgo de cada casa me olvido de todo, traté de manejarse siempre así, muchas veces me cuentan cosas por el momento que viven, pero no quiere decir que estén mal, si no que se descargan, entonces yo trataba y lo logré de absorber nada de lo que escucho o veo, hago mi trabajo y me voy y ahí queda todo”.

“Tengo una cliente que hace años que voy y cuando termino, me dice, que te debo de peluquería y que de psicóloga, yo me rio, porque yo solo escucho, no sé nada de esa área, además lo único que hago es escuchar, no es nada más que eso, lo malo del domicilio es que me enfrentó a las adversidades del clima o a que me olvido algunas de las herramientas de trabajo”.

La imagen que tengo de usted, es la bicicleta, su bolso ¿muchos contratiempos?

Norma – “Muchas veces me ha pasado que me faltaba algo y si me cruzaba en bici de una punta a la otra del pueblo, perdía tiempo y el otro turno se atrasaba, muchas tuve que apelar a la creatividad, a veces te olvidabas los papeles para atar el pelo en las bases, entonces tenes que atar el pelo de otra forma, lo haces distinto, lo atas sin papel, es muy complicado con las puntas, gracias a dios siempre lo solucione, o algunos lugares me ayuda el cliente”. “Siempre me olvido algo en alguna casa, un peine, una compotera que uso para las tinturas, no sé en qué casa no hay algo mio, eso tiene de malo, yo he hablado con chicas jóvenes porque me siento en retirada y nadie lo quiere hacer, o muy pocas, no se acostumbran”.

“Una vez hablando con Javier Bruno me decía que él lo hizo y no lo volvería a hacer, que no es para él, el trabaja muy bien, es espectacular, pero no quiere andar como yo, llevando las cosas de un lado a otro”.

¿No se juntan con los peluqueros, te gustaría?

Norma – “No nos juntamos con los peluqueros, me gustaría que nos juntemos a comer, me parece que es el 25 de julio el día, han aparecido muchos varones que trabajan bien, el varón en la peluquería es muy eficiente, tiene fuerza en las manos, lo veo en Javier que hace unos trabajos espectaculares, el trabaja mucho con la estética. Yo me siento más cómoda en los domicilios, de hecho lo charle un par de veces con Estela Torre que junto con Juana de Cataldi y Celia, éramos las más grandes, hoy quedamos Estela y yo, ella también dejo la peluquería y hace ahora domicilios, también nos sabemos encontrar en el albergue, yo voy a los dos lugares, de Delia voy siempre, tiene pocas abuelas y los viernes siempre voy a dejarla coquetas a todas”.

¿Muchas anécdotas de lluvias, tormentas en esa bici?

Norma – “Ahora ya estoy en una etapa que no lo hago, pero antes llegar mojada a una casa porque me agarró una lluvia era normal, o el frio del invierno, los vientos, pero bueno tenía otra edad y no lo sufría, hoy no me da el cuerpo, cancelo, ya saben, muchas ya se vienen para mi casa, ya no me mojo y no me quedo con la ropa húmeda. Hoy hay mucha gente que sigue sin poder salir de la casa, por eso mi clientela siempre fue buena”.

¿Tenes mucha fidelidad de los clientes? ¿Cómo es tu día habitual?

Norma – “Esto es rentable, yo siempre le digo a las más jóvenes, yo arriba de la bicicleta banque a mi hijo estudiando en Córdoba 3 años, hasta que el consiguió trabajo y se pudo acomodar y yo seguía aportando pero un poco menos, con la peluquería pude bancarlo compartiendo con un chico al comienzo, después se fue a vivir solo”. 

“Yo lo hago sin cobrar locura, yo nunca cobré caro, tengo agendas de lunes a sábados, salvo que me tenga que ir al médico o tome vacaciones, arrancó temprano en el verano, en invierno no, a la tarde empiezo más tarde, en su momento trabajé, mañana, tarde, noche, si son cortes estaba en 8 casas por día, si tengo bases, permanente, corte, tintura, algunas menos. Tengo clientes fijas que van a la pileta, están chochas que volvieron, yo en base a eso ya me organizó con turnos y comienzo desde temprano, me voy organizando, me he olvidado de ir algún domicilio, a veces me llaman estoy en la calle, o estoy atendiendo, les digo sí, no anote rápido y me olvide de ir, me paso de olvidarme también”.

¿Te afectó como a todos la pandemia?

Norma – “Si me afectó la pandemia, estuve bastante días sin trabajar, no quería que los vecinos dijeran que yo trabajaba descuidando, empecé de a poquito, después me paré de nuevo cuando empezaron los casos acá, después cuando me paso a mí”.

¿Te tocó el Covid, no lo esperabas, te sorprendió?

Norma – “No nunca me lo esperaba, tuve la lucidez, soy alérgica, cuando tuve un poco de tos enseguida me encerré sola, tenía miedo a contagiar, gracias a dios nunca contagie a nadie, estuve 10 días encerrada creyendo que era bronquitis y no me pasaba, no perdí el olfato, el gusto, cuando me puse en contacto  con los médicos del COE me mandaron enseguida a Villa Maria, ni me hisoparon acá”.

“En Villa Maria estuve 10 días, 4 en terapia en la clínica de los camioneros, yo fumaba y hace tres años deje, eso te afecta, te deja secuelas, los días de terapias, me costó reponerse, la gente bien conmigo, me mandaban mensajes me llamaban, estaba sola pero te dejaban tener el teléfono, eso me levantó mucho, no tuve miedo, lo único si tome conciencia cuando mi hijo me dijo al final de todo, pensa que vas a hacer, no te digo que dejes pero cuídate, lo que pasa es que me hicieron plasma e ibuprofeno inhalado y al principio no respondía bien, después sí. Vi de todo esos días, yo agradezco igual, el tratamiento de las enfermeras ahí en la Cañada, lo mismo de Manu Roland, no soy cliente de ellos, pero no tengo palabras de agradecimiento cómo se han preocupado por mí, por ahí criticar es rápido, pero conmigo hicieron bien las cosas y necesito decirlo. Esto afecto mucho a la gente grande, el perderte un año de estar con los nietos, psicológicamente nos afecto mucho, ojala se solucione pronto”.

¿Tenes una banda de amigas que salen juntas, fueron claves este año con el tema del Covid?

Norma- “La soledad de todas nos unió, separadas, viudas, somos 8, el grupo se agranda a veces tenemos un grupo de WhatsApp que se llama “las nocheras”, esta noche vamos a comer, la pasamos bien, ninguna tiene auto, a veces nos juntamos en casa de familia, a veces salimos a comer afuera. El grupo de familia también fue importante en mi recuperación, mi sobrina de San Juan me escribían todo el día, me decían las mujeres que yo prometí una cena si me recuperaba, pero no me acuerdo, a si que pagaremos todas (sonríe).

¿Costó con la pandemia verte con tu hijo?

Norma – “Si fue duro no verme con Diego, es hijo único, decir que la tecnología nos ayuda mucho, pero el pudo venirse a quedarse una semana a cuidarme cuando llegue al pueblo, yo estoy contenida acá en el pueblo, no tengo palabras de agradecimiento con mi sobrina Lorena por todo lo que hizo, no sé si una hija mía lo hubiera hecho por decirte, me traían comida, estuvieron pendiente de mi en todos los aspectos, fue bravo”.

¿Un mensaje a los clientes?

Norma – “Estoy agradecida por que puede realizarme yo con una profesión y que mi hijo estudie, se lo marco a él para que sepa, el me dice que yo saludo a todo el mundo, esta gente nos permitió a nosotros vivir dignamente, eso es lo que nos pasa, conozco mucha gente porque me metí en la casa de mucha gente. Esta gente nos permitió vivir con dignidad. La gente generosa de darte propina, comida, café caliente, hasta me traído comida, que era cerca de las doce sabían que estaba sola, me daban para que me lleve. Espero haber hecho un servicio bueno, de poder haber ofrecido a una solución”.

¿Un mensaje a los jóvenes?

Norma – “tienen que trabajar, a veces veo chicos que no tienen empuje, les digo que estudien, yo confió en ellos, no esta perdida la juventud tiene que prepararse, sin estudio no hacemos más nada, con esfuerzo van a poder salir adelante, el futuro está en ellos. A veces hablo con chicos, son idealistas, pero me gusta que sepan lo que está pasando en el país, en el mundo, que se comprometan, actúen”.

 

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