Una vez más es 25 de mayo, en este 2020 las cosas han cambiado bastante, anoche esperamos este festejo con una fiesta virtual que planteó la municipalidad y la gestión del Dr. Jorge Roland en Pozo del Molle, estuve al mando del cuidado de la transmisión televisiva y no pude evitar que se me vinieran a la mente, un montón de recuerdos. Es que empecé a imaginar que en estos últimos tiempos lo vivíamos de una manera muy diferente, nos habíamos acostumbrado a que los barrios, aquellos olvidados en algunas oportunidades, fueron el motor de esta festividad, pasó con el José Hernández, con el paseo de la democracia de la calle Florentino Ameghino, el Covipo entre otros, que tuvieron el poder de hacer, de mostrar que siempre la patria es de a todos, o no es de nadie.

Lo que nos demostraba en años anteriores este tipo de festejos es que éramos todos iguales, no importaba, raza, condición social, ideas políticas, todos nos mezclábamos en alguna casa que quizás después no la veríamos más, pero esperábamos el 25 realizando tortas fritas para una multitud que llegaría al lugar para ver las representaciones alegóricas, la música. Los primarios, secundarios, jardines, le daban mucho color y calor a esas tardes que ya empezaban a ser frías, pero que nos unían como pocas veces lo hacemos, porque si no hay órdenes, mucho de nosotros pasaríamos por el costado y ni siquiera nos preguntaríamos, ¿qué es de tu vida?, o preguntas tan simple ¿te puedo ayudar en algo?.

Hoy tendríamos a la escuela Gral San Martin movilizándose con todo los padres con el tradicional locro, no es que puedo pecar de pesimista, más bien todo lo contrario, me gusta recordarle a la gente que fuimos felices con muy poco y ese muy poco en estos meses no los han arrebatado, no lo digo sólo por un contexto de una pandemia mundial, lo digo porque la vida es así, si no disfrutas del momento, en la próxima, el estado de las cosas cambian y lo simple,  aquello visible que teníamos, se va. Estoy por poner la pava, que encima ahora ya es eléctrica, en un minuto ya la tengo lista y el mate cocido hoy lo tomó solo y lo puedo compartir con 2, una mujer que elegí y un perro, daría muchas cosas para estar en una plaza de cualquier barrio, de reírme con amigos de mi pueblo, porque eso es el 25 para mí, eso es mi patria, el juntarme con los míos, preguntarles cómo andan, que necesitan, va mucho más allá de que si me pongo la escarapela o veo como flamea la bandera en el mástil.

Ya lo dijo Francella una vez y le valió un Oscar, podes cambiar de barrio, de casa, de familia, pero nunca la pasión, hoy me permito discutirle un poco, poder no hay dudas que se puede, ahora no es lo mismo, es aprender a vivir de otra forma, yo sigo caminando todas las calles del pueblo, pero por más que hoy duerma en la Diagonal Defago, cuando piso el Hernández, ahí está mi patria, ahí están mis viejos, mi bandera, mis vecinos, esos negros (en el buen sentido de la palabra), que son igual que yo, que se criaron conmigo, me enseñaron y aprendieron a los golpes, entre patadas al fútbol y alguna que otra guerra de carnaval con agua y demás hierbas.

Es que alguna vez también tuve que cumplir con mi palabra, en unas esas fiestas patrias, tuve que respaldar a mis amigos del fútbol de los sábados que no llegaban a juntar 11 en el torneo que nos habíamos anotado, no podía dejarlos solo, porque me había comprometido con ellos, uno de ellos muy especial, porque tenía el tobillo totalmente desconocido, 6 semanas largas sin ser el mismo, pero allá  fuimos y logramos cumplir, porque de eso se trata, la patria es el otro, son los míos, los que elegí y los que me han elegido.

¿Qué es una revolución? ¿Qué es tradición? ¿Es solo símbolos? ¿Es solo de próceres y primera junta?, desde mi humilde opinión hay mucho más que eso, hace 19 años que recorro una función pública como es el periodismo. y he visto muchos que están de paso, son pocos los que quedan preguntándole todo el tiempo al otro, a los que son mi patria, como están y que necesitan, A veces algunos a mi modo de ver usan mal el termino patria, creen que por qué no paran un día a trabajar para ser solidario con el resto, son más patria que otros, el tema es que creen que por pertenecer a un color, ese color los seguirá  bendiciendo, es cierto que quienes ejercen poderes benefician a uno y luego a otros, pero nunca serán nuestra patria, yo soy la patria cuando apoyó los derechos de los trabajadores, cuando apoyo al jubilado, cuando apoyo a los empresas, hasta cuando me paró a charlar con el vecino que tiene un problema y puedo sacar del bolsillo una mínima ayuda, o un simple abrazo, o prestar un oído.

Ojala nadie se quedé dormido, que empecemos entender que muchos están de paso, pero nosotros nunca, nuestras raíces, nuestros preceptos familiares, nuestra forma de vivir la vida la establecieron los que no están y ese legado debemos continuarlo nosotros, sigo caminando las calles con la misma humildad, con un título universitario bajo el brazo, sin creerme más que nadie cuando tengo la suerte de poder hablar o escribir lo que siento, o con la misma alegría que cuando lo hago casa por casa repartiendo información de la que a muchos no les gustará recibir, nada me cambia, nada altera el orden de las cosas, siempre estuve y voy a estar para aquellos que me han elegido y pude compartir algo, ese algo que es más que un símbolo.  

Gracias por tomarse un tiempo para leer, ¡Viva la patria!, mi patria, la tuya, la que es de todos o no es de nadie.