SIENTO LA NECESIDAD Y HASTA EL ÚLTIMO DÍA DE MI VIDA VOY A SEGUIR ESTUDIANDO

Héctor “teté” Ríos está por cumplir 60 años y cuenta “me quedó pendiente ser intendente en Pozo del Molle y Dr. en Odontología, una creo que voy a poder, he aprendido con los fracasos”.

Con su sonrisa habitual, casi como nos encontramos habitualmente en la calle, me abrió las puertas de su consultorio el Dr. “Tete” Ríos, claramente muchos de los que vivimos aquí, no sabemos cómo se sigue preparando para resolver situaciones que son complejas, lejos quedó aquella imagen del típico dentista, en su consultorio, por capacidad y voluntad de su familia, pasan temas delicados que se resuelven sin necesidad de ir a las grandes urbes.

¿Qué recuerda de su infancia en el pueblo?

Héctor – “siempre estuve en el mismo lugar, me crié en la calle Raúl Dobric, nunca me fui de acá, solo me fui a estudiar y a cumplir con el servicio militar, a cumplir con la patria. Todos mis estudios los hice en Pozo del Molle, el primario en la escuela que hoy es Francisco Malbrán, el secundario en el Instituto Gral Manuel Belgrano”.

“Mi papá Ernesto Juan Rios era un buscavida, lo podría llamar así, se desempeñó en varias funciones, mi mamá fue la famosa maestra Blanca Lidia Molina de Rios, de alta exigencia, ella tenia como una escuela privada, luego llegó todo lo que está en la actualidad, quizás si lo veo del punto de vista genético, a mí también me gusta enseñar, es una pasión enseñar, a los colegas o al que fuese, acá mi consultorio es de puertas abiertas, todas las personas que quieren aprender para asistente dental, laboratoristas dentales, han salido muy buenos, odontólogos vinieron varios, en este momento hemos abandonado por el tema de la pandemia, pero en Córdoba capital estamos enseñando e instruyendo a odontólogos por el tema de las cirugías”.

¿En qué momento se dio cuenta que iba a inclinarse hacia Odontología?

Héctor – “No en realidad no lo tenía definido, en realidad me gusta todo, quería ser ingeniero agrónomo, me gustan las vacas a pesar de que no tengo y no estoy en eso, todo lo que es fabricación, ingeniería vitivinícola, azucarero, toda esa rama, estuve cerca de ir al colegio militar donde se formaban los de la marina, pero dependía de mi hermano, yo ingrese muy chico, tuve la suerte de entrar muy joven a la universidad a los 16 años, mi hermano mayor Luis Maria estaba en Buenos Aires, se lesiona y se vuelve, son situaciones de vida quizás si no le pasaba eso, yo sería un oficial jubilado de la marina, me encantaba”.

“Me hubiese gustado ser médico e incluso ya tenía elegida una especialidad, siempre dije de ser médico pero a los 70 años voy a empezar a estudiar eso, ya que tengo una deuda conmigo mismo, me gusta la neurocirugía, todo eso me gusto pero hoy soy odontólogo, cirujano bucomaxilofacial”.

¿Qué recuerdos tiene de los años de cursado de la carrera?

Héctor – “Fueron muy duros los comienzos en odontología, si bien estoy contento porque fuimos muy bien instruidos, fueron camadas de la época de los procesos militares, al finalizar los primeros años de democracia con Raúl Alfonsín, si tengo que decir algo de los militares para mí en esto de universidad y educación fueron insuperables, estoy en desacuerdo con ellos en otros aspectos que no vienen al caso, pero en educación a nosotros nos benefició mucho, eran de alta exigencia, de alto rendimiento en aquella época”.

“Los mejores promedios se los llevaban los yanquee y en Europa se ubicaron más de 7 mil odontólogos, tengo amigos que se fueron a España y Francia principalmente, hoy en Madrid el número uno que se destacó muy mucho, como implantador dental, es de Villa María, el número uno de la cirugía maxilofacial de Francia era de San Francisco, un ex guitarrista del famoso grupo musical los “Fenders”, tuvo la suerte de estudiar acá y se ubicó bien, en Israel tenemos cirujanos oculares argentinos muy bien ubicados, la exigencia fue muy buena, nos tenían controlados, rendíamos como ellos querían, si no lo hacíamos quedábamos afuera. Pero se mezcló con la parte dura del proceso”.

¿Por qué elige Pozo del Molle y trae a sus hijos de regreso a la localidad?

Héctor – “Yo tengo experiencia de haber estado en otros pueblos, apenas me recibí tuve la chance de irme a España, después me volví por política y gracias a esa situación estoy acá, Pozo del Molle es un pueblo muy particular, es muy tranquilo, yo ahora me doy cuenta aun más, actualmente viajó a hacer cirugía en 12 ó 13 lugares, andaba mucho por la provincia, hoy decidí que no, no por mi edad, si no porque este es un pueblo muy tranquilo que tiene de todo, me parece que no sabemos valorarlo, yo lo llevó a la faz medicina, tenemos dos clínicas espectaculares, tenemos hoteles, salas de conferencia, ¿Por qué todo la ciudad?, yo estoy intentando hacer un centro odontológico importante, acá viene mucha gente de afuera, nada más que uno es de perfil de bajo, ayer vinieron de lugares lejanos, donde hacemos muchas cirugías, no vienen por temas de odontologías tradicionales, vienen por técnicas más especificas”.

Claramente ustedes, su familia, se están especializando, ¿es difícil derrotar el mito del dentista que arregla solamente caries?

Héctor – “Yo le llamo taller de dientes, primero quiero decir una cosa, odontología, mal llamada así, el nombre te dice estudio de la patología del diente, que es la caries, enfermedad de las encías, el odontólogo debería llamarse odonto estomatólogo, porque no solo trabaja en dientes y encías, sino en el resto de la boca, lengua, mejillas, piso de boca, estructuras anatómicas, que son lugares de muchas patologías, muchas de esas patologías se inician en la boca, tumores, quistes, infinidades de cosas, por lo general, el odontólogo, si bien los chicos hoy tienen otro criterio, saben ver el tumor, hacer una biopsia, anteriormente se formaba al taller del diente y ahí se terminaba”.

“Por eso me empezó a preocupar mucho el saber sobre las patologías de la boca, porque soy el único responsable como odontólogo, te digo que enfermedades cardiacas se pueden detectar mirando una boca, si sabes, eso hizo que me preocupara, a veces escucho de cirugías estéticas, no creo que sea inyectando productos para insertar un surquito, creo más en los lineamientos de la cirugía maxilofacial, el corregir un labio leporino, yo hasta el día de hoy no me explico, como en una capital como Córdoba, con 2 millones de habitantes, llegué del interior y estoy registrado como el primer odontólogo cirujano bucomaxilofacial, pasé a la historia y me han hecho un homenaje en Córdoba, yo digo siempre hay tantas cosas para hacer”.

“Lo logré hacer todo desde Pozo del Molle, viví siempre en el mismo lugar, logré todo desde el mismo lugar donde jugaba la pelota en casa de mis padres, siempre pienso que el egoísmo no conduce a ningún lado, tenemos que juntarnos, hablarnos, hay para hacer un montón de cosas desde acá, por supuesto lo intenté desde Córdoba, allá tenemos alumnos de todo el país, ahora quiero hacerlo desde Pozo del Molle, puedo fracasar sí, pero lo voy a intentar, siempre le digo a la gente, lo puedo operar donde usted quiera, pero en Pozo del Molle yo me siento más protegido, porque ahí tengo todo, las comodidades, estoy tranquilo, seguro, hay problemas como todos lados, pero desde acá hay todo”.

¿Cómo se da el proceso para lograr la especialización de cirujano bucomaxilofacial?

Héctor – “En realidad no tiene una gran cantidad de años que se desarrolle esta especialidad, en Córdoba o en el país, salvo en Buenos Aires donde entra uno de tantos que aspiran, en Córdoba tuve la suerte de desarrollarla, fue mi tercer especialidad, quiero aclararte eso, después de haberme recibido, yo seguí sin ser profesor ni ayudante de cátedra, fui un alumno, que iba como un hombre que ya tenía un titulo de odontólogo, 11 años y medio, ahora espero ir 3 años más, si Dios me acompaña el año que viene, me gustaría empezar y terminar, el Doctorado en Odontología. Pero volviendo a los 11 años y medio, allí realicé Ortodoncia, Ortopedia, Maxilar que tengo que rendir un examen que se cortó por la pandemia, después hice la especialidad en prótesis fijas y removibles y la cirugía de maxilofacial”.

¿Qué tiene de especial la cirugía que tanto les apasiona a la familia?

Héctor – “En eso parece que estás en otro ambiente, estás en el medio del médico y el odontólogo, por eso muchos países exigen las dobles titularidades, eso pasó en la mitad de los países europeos, es complejo, acá en nuestro país no hace falta ser médico, pasa que muchas materias son muy parecidas, yo soy cirujano maxilofacial sin ser médico. Hoy hay tumores, quistes, labios leporino, deberían ser operado por un maxilofacial, hoy opera el que sabe, apenas se está conociendo, lo que preocupa mucho es el cáncer de boca, hoy la facultad hace sácale la lengua al cáncer y está bueno hacerlo”.

¿Se allanó el camino de la medicina con cannabis? ¿Cuál es tu postura?

Héctor “La postura mía, tengo casos dentro de la cirugía, las neuralgias, el dolor del suicidio, lo llaman, es el dolor más agudo del ser humano, ahí en el quinto par craneal, hay tres ramas, con la maxilofacial le das una solución quirúrgica, lo hablé con personas que probaron con el cannabis y evitaron la cirugía, no indicado por mí, era del boca en boca. Yo no me puedo negar a los resultados positivos. La fibromialgia, si una gota le cambia la vida, estoy de acuerdo”.

¿Cómo surgió expandirse en Córdoba con un consultorio y en sociedad con sus hijos?

Héctor – “Eso fue muy elaborado ideológicamente, siento la necesidad hasta el último día de mi vida de que voy a seguir estudiando, estoy estudiando en este momento, siempre relacionado y aumentando la atención y para mejorar la calidad de vida de la gente, hoy estoy con la diplomatura laser, donde el ministerio de Salud de la Nación me aprueba el manejo del mismo, vengo bastante bien”.

“A Florencia (su hija) le venía diciendo, es usado en cirugía de ojos, depilaciones en dermatología, pero el laser, hay diferentes tipos, cada uno tiene una particularidad, en Estado Unidos y Brasil están muy desarrollados, estuve en un foro mundial en México, como puede ser que con una emisión de una luz te operen en 5 minutos de una catarata, tenemos que ver esos cambios, hoy se operan cosas de media envergadura, sin anestesia, frenillo, tumores, vos decís no lo puedo creer. Por ejemplo hay muchas personas que tienen problemas en las mordidas, y le generan contracturas musculares, zumbidos en el oído, yo las puedo tratar, hay que buscar el por qué de las cosas, y lo ideal de prevenir”.  

“El laser lo tengo esta acá, están invitados no solo los odontólogos, la medicina ha cambiado y va a seguir cambiando, va  a terminar operando un robot, tenía una conexión en Alemania, un argentino era capo en cirugía, pero lamentablemente falleció, se están viniendo, en todo lo demás. Con Florencia, empezamos en Alemania, yo deje por mi operación cardiaca”.

“Por otra parte Daniel (su hijo) vuelve a unificar la odontología, teniendo un laser haces todo de nuevo, es una odontología integradora, yo no sé si es la genética, yo no le dije nada, de medicina fue y se anotó solo, pareciera que los deseos míos los cumplen ellos, yo no sé lo que es tomar un café con amigos, estoy siempre adentro, esto es una pasión es amor a la profesión”.

¿Qué lo desvela o preocupa hoy de la profesión?

Héctor -  “Una cosa que me preocupaba que vengo viendo, el diálogo con los otros médicos o profesionales, me he destacado que cuando no se algo voy y pregunto, consulto, me preocupa la falta de diálogo entre los profesionales y el poco estudio post recibida”.

“El individualismo lleva al fracaso, mi mamá trabajaba con doña Elva Casas, el Dr. Andino, se reunían, compartían café, ideologías, diferentes criterios, hoy ya no nos juntamos, se puede mejorar mucho, estoy involucrado, decidí hacer formación, hay gente que me reconoce por los méritos, tenemos mucho éxito en Córdoba, pero quiero terminar acá donde me siento cómodo”.

¿Sus problemas de salud cree que fue por su pasión hacia esto?

Héctor – “No, para mi hacer una operación no me estresa, yo fumé 30 años, soy diabético, me cuido poco en alimentación, yo cero deporte, realmente los felicito a los que hacen, yo todo es odontología, medicina, cada día es peor, ya estoy programando para el año que viene otra cosa, donde me compromete por 3 años, no me preocupa la edad, me preocupa el tiempo que Dios me va a dar de vida para desarrollar todo lo que yo quiero hacer en mi mente”.

¿Qué le queda pendiente?

Héctor- “Me hubiese gustado, si algo quedó pendiente, ser intendente en Pozo del Molle y ser Dr. en Odontología, una creo que voy a poder, he aprendido con los fracasos, es tan fácil solucionar los problemas, teniendo voluntad, capacidad y las manos limpias, no es un problema de edad, sos honesto o deshonesto, sabes o no sabes. No me retire soy peronista afiliado, a veces me da vergüenza tratar de peronista a algunos presidentes”.

¿Un mensaje a los jóvenes?

Héctor – “Los jóvenes me preocupan, 36 carreras hay hoy para sacar, hoy un empresario te compra el aparato y te saca, la cirugía ocular la hace el que tiene aparato, yo les digo que estudien cosas que tengan salida laboral, a los directivos de los secundarios, les pido que les hablen del futuro, que no les hagan estudiar carreras sin salida, se van a sentir muy mal. Hay muchas personas profesionales que no ejercen o que tienen los sueldos muy bajos y lo padecen.

Así pasó la charla con Héctor Ríos, siempre es enriquecedor escucharlo, a su edad, sigue pensando en estudiar, en crecer y sobre todo en Pozo del Molle.