A 7 DÉCADAS DEL NACIMIENTO DE LAS TRILLIZAS MOLLENSES

Allá por la tarde del 6 de noviembre de 1950, Pozo del Molle vivió una jornada histórica, nacían las trillizas, María Celeste, Maria Blanca y Maria Rosa Agüero.

A la hora de escribir estas líneas primero quiero ser honesto y agradecer a la gente que muchas veces me acerca este tipo de historias, sin el contacto sería imposible cristalizar estas típicas noticias del sello, tal es así, que cuando comencé a escribir primero en redes sociales en el mes abril y ya en la web desde junio, buscábamos este tipo de noticias, mi línea editorial es hacer de la noticia un cuento, el denominado nuevo periodismo que uno estudió y lo tomó como propio en la escuela de ciencias de la comunicación.

Una de las hijas de las cumpleañeras, Laura (hija de María Rosa), me avisaba del acontecimiento, ¿te interesa me preguntó?, a lo que rápidamente le dije sí, es lo que más me gusta contar, me pasó un par de fotos y luego tomé el teléfono y en un par de veces pude hablar con “Celeste”, quien gentilmente me dio lo más preciado que tenemos los seres humanos y nunca lo valoramos, me dio parte de su tiempo para contar una historia muy particular.

La familia que conformaron en su momento Rafael “ladrillo” Agüero y Margarita Truccone, ya tenía hijos fruto de ese amor, la mujer Myrna y los dos varones, Armando y Hugo, una anécdota que siempre recuerdan, como me describió Celeste, Armando y Myrna discutían sobre el sexo del bebé que estaba por nacer, Armando quería que llegará otro varón, hasta que un día, no solo que soltó una frase como entregándose si no que terminaría acertando lo que iba a suceder, “bueno si que sean nenas, pero no una, si no tres y por demás traviesas”.  Celeste cuenta que su mamá le dijo que aquel día Armando saltaba de felicidad, lamentablemente, ironías del destino, paradojas que uno nunca entiende, hizo que se disfrutarán muy poco, Armando se fue muy joven, tenía apenas 24 años, las trillizas tenían 6 en aquel entonces.

Un poco volviendo a aquella jornada atípica, ese 6 de noviembre, en la calle hoy denominada Sánchez Manzanera (a media cuadra del club Argentino), todo era una curiosidad, Celeste me cuenta, que generalmente cuando se agolpaba la gente, generalmente todos pensaban que había ocurrido algo indeseado, en esta oportunidad, la gente se amontonó porque lo que ocurría en esas casonas altas, (hoy solo queda una) era sorpresivo y por demás hermoso. Aquel 6 de noviembre a la tardecita, María Celeste, María Blanca y María Rosa, se constituían en las primeras trillizas y únicas de Pozo del Molle, además fue toda una novedad para la zona.

En la charla con Celeste, me baja a la realidad con algunos datos, el peso de las trillizas no fue muy bueno para lo que eran aquellas épocas, 1 kilo 200, 1k 100 y 900 gramos, fueron ochomesinas, se adelantaron al parto, claramente hoy hay máquinas por demás sofisticadas que van prediciendo y salvando detalles, en ese momento, según contaban los propios amigos, familiares y los médicos, partera, muchos creen que el haber nacido en noviembre ayudó muchísimo al crecimiento de las tres, dicen que en el invierno se les podría haber complicado, felizmente, sucedió cuando tuvo que suceder.

A la hora de hablar del parto en sí, aparecen nombres históricos que ustedes hoy lo ven cristalizados en las calles de nuestro pueblo, la partera en el momento de los nacimientos fue Elvira M. Casas (la intersección entre Alberdi y Colón lleva su nombre), el médico Dr. Mario Juan Fontana (calle que corre paralela a la ruta hacia Corral del Bajo). El Dr. Fontana para diferenciarlas tuvo la creatividad de colocarles una cinta de cada color en sus brazos y de ahí comenzaron a llamarse de esa manera.

En el momento de los nacimientos, las trillizas recibieron del gobierno nacional de Perón, los cochecitos y las cunas, un poco después cuando se inaugura la sucursal actual del Banco de Córdoba, en Pozo del Molle, un 28 de julio de 1953, el gobernador de aquel entonces, Raúl Lucini, le entrega las tres primeras libretas de ahorro a las trillizas, lo que hoy sería como la cuenta de ahorro entiéndase. Celeste con mucha nostalgia y ternura, recuerda que la partera, doña Elva, como muchos le decían cariñosamente, cada 6 de noviembre le depositaba un regalo en efectivo en esas libretas de ahorro, siempre lo hacía cada año.

Las trillizas realizaron el primario y lo terminaron juntas en el colegio Gral San Martín de Pozo del Molle, luego intentaron en el secundario pero por cuestiones familiares tuvieron que abandonar y más adelante algunas retomaron o siguieron su propio camino. María Rosa formó un gran familia aquí, María Blanca desde hace tiempo vive en Unquillo y Celeste, si bien actualmente es peluquera, cosmetóloga, pudo concluir sus estudios y de hecho es instrumentista quirúrgica, pese a no ejercer.

La historia de ellas siempre llamó la atención, de los lugares del pueblo como de toda la provincia, cuando cumplieron los 50 años, el prestigioso medio de “La Voz del Interior”, vino a entrevistarla y le dedicó una página a ellas y a la historia.

Celeste en el llamado telefónico que le realicé, coincide con un escrito que dejó su hermana Maria Blanca, hace 16 años atrás, en el libro de los 100 años del pueblo, en aquella oportunidad ya hablaba desde Unquillo, coincidía que la expectativa de vida de ellas eran pocas por el peso, la falta de tecnología, cree que el esfuerzo y sacrificio de su madre, en especial, aunque de toda la familia, hicieron que salieran adelante.

Sin dudas esto es solamente un pedazo de historia, una de las tantas que tiene el pueblo, una muy particular, las trillizas, brindo por muchos cumpleaños más, aunque no sea de la manera esperada, celebren la vida, háganlo, de la manera más PROTOCOLAR, pero es un día, de gozo y alegría.

¡Muchas felicidades a los trillizas mollenses!