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2023-05-26 09:40:00 Centro Comercial e Industrial
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PASEO DEL LOCUTOR HÉCTOR PICCATO

la propuesta del café concert, aceptada por el municipio hace 3 años atrás.17/09/2020

Un 17 de septiembre del 2017, el municipio de Pozo del Molle en aquel entonces liderado por Carlos Salvático, aceptó la propuesta del grupo café Concert y decidió finalmente establecer en un lugar icónico del pueblo, el paseo del locutor Héctor Piccato. Estuve presente en el acto junto a su familia y un número de personas que realizaron representaciones humorísticas, ya que quedaría inmortalizada para siempre la imagen de un locutor, que para mí, fue mucho más que eso, Héctor fue quién me hizo dar el lugar para permanecer en el medio que más amo, la televisión.

Si bien es cierto que de chico acompañe en varias locuras a mi primo Ariel Díaz, que me veía actuar en los actos de la escuela Francisco Malbrán, un día fui un “Cable Chico”, junto a Agustín Cuadrado, María Laura Tosolini y Magali Supertino, año 1996 con apenas 12 años, luego me sumé a lo que “Muma” llamó la oficina del deporte, el escritorio de PC de la casa de mis viejos, desde allí informaba de deportes, al principio no daba pie con bola, me tenían una paciencia bárbara, En lo personal, soy un agradecido de esas experiencias, de la gente que me acercó a mi pasión, desde aquellos tiempos ya empezaba a codearme laboralmente con Leonardo Marino, Luis Bertone, Daniela Serre.

Aunque el giro importante de mi vida, llegaría en el año 2003, si bien soy plantel fijo de la tele los sábados ininterrumpidamente desde el año 2001, en el 2003, suena el teléfono fijo de mi casa y me habla Héctor Piccato, “hola pibe, venite dos días a la mañana a hacer deportes, tenemos que llenar espacios, por ahí no es fácil en las mañanas, estoy solo, cualquier duda lo charlamos con Ezequiel (Luna), te vamos a ayudar”.

Así fui a comprarme un cuaderno, empecé a anotar las noticias más importantes del deporte viendo ESPN, e incluso, si había algo que hacía siempre, es mirar a los demás, hice unos informes en donde me junte a la tarde anterior con Ezequiel, el cabezón como le decía cariñosamente, era un tipo muy creativo y no tenía drama quedarse fuera de hora, al contrario, le gustaba editar, en ese tiempo con las máquinas video grabadora y reproductora de los cassette VHS, yo lo había llamado a la tarde, le dije, voy a hablar 35 segundos, cuando me calló vos pones lo de ESPN, yo tenía todo cronometrado en mi cabeza y coordinado con Ezequiel.

El primer día que voy, fue un viernes, cuando salgo al aire solo, porque Héctor se sentó al lado de Ezequiel y me dijo, “el bloque es tuyo”, inicié el espacio, salió todo como lo había pensado en mi casa, hablé los segundos justos, me callé y Eze ponía los videos, fue quirúrgico, recuerdo la cara de asombro de Héctor, a la vez me planteaba dudas a mí, yo esperaba terminar para ver que me decía.

Se me acercó Héctor en la pausa y me dice, “te tengo que felicitar, que buena coordinación, no dejaste un bache, estoy muy contento, de hecho me parece que voy a hablar con el gringo Marino, vos tenes que venirte a conducir conmigo todos los días”. A la misma tarde de ese viernes, Marino fue a la Cooperativa Agropecuaria y le preguntó a mi viejo, si tenía algún problema de que yo me sumará a la tele de lunes a viernes, mi viejo le dijo, “el estudia en Villa Maria, pero si él puede, tiene mi permiso”.

El gringo le había dicho a mi viejo, que iba a ganar $150 por mes, lo recuerdo por que en aquel tiempo, empecé a pagarme los abonos para estudiar y viajar a Villa María, además nunca más les pedí plata para salir a bailar o comprarme ropa o gustos, incluso hasta llegue a solventarme los costos de fotocopias, eran otros tiempos. La televisión siempre fue sanadora para mi, era muy joven, si bien empecé a los 17, a los 19 ya era el acompañante de Héctor y fui creciendo ahí adentro, había recibido un golpazo sentimental, la tele me ayudó a reinventarme, vivimos un año completo, en donde sólo se respiraba alegría.

El programa arrancaba a las 11, Héctor nos hacia ir a las 9 y cuarto, el tenía anotado en un cuaderno títulos, que según él, los anotaba en el noticiero de las 6 de la mañana, anotaba por decir 10 títulos, de los cuales después tiraba tres por qué terminábamos hablando de cualquier cosa.

Un día me había comprado un cd  de “La Base”, Héctor ve la bolsa con el cd, que compraste me dice, ponelo haber, ese cd tenía “Sabor Sabrosón” “Muchacha Sola” que terminaría siendo un exitazo, lo escuchamos y acto seguido me dice, “enséñame como bailan esta cosa”. Ezequiel no salía del asombro, empieza a grabarlo y Héctor a los 5 minutos había agarrado chispa, estaba sacado bailando, la música estaba muy fuerte, cuando de repente ingresa el presidente de la Cooperativa de Luz en ese entonces, se hizo un silencio, Eze apaga la música y Héctor dice, ¿hola como anda? ¿Nosotros laburando que necesita?, un fenómeno, ni cerca de entrarle la bala, nosotros no sabíamos para donde disparar y el corto la tensión en un segundo.

Hicimos doblajes, lo que laburábamos, festejamos los 100, 200, 300, programas, llevábamos invitados, lo hacíamos los domingos por que “Nuestro Perfil” todavía no existía, en horario especial estábamos con premios grandes, bloopers, de todo. Cuando me voy de vacaciones a Carlos Paz, al regreso, Héctor me dice, “si bien hace un año que estás acá no más, vas a tener que hacerte cargo de todo acá al frente, mi compañera no está bien, se me va, me dijo entre lágrimas”,  19 años, solo atiné a decirle una pavada, “quedate tranquilo todo va a estar bien”, de ahí en adelante no pudo ir más, estuve largos meses solo en la mañana, Héctor solo trabajo en el carnaval del centenario, donde en aquella oportunidad yo debuté pasando publicidades en el escenario, de espalda a la cooperativa de Luz.

Él era el que llevaba la parte de improvisación, mientras yo leía las publi se me acercó y me dijo algo que nunca me voy a olvidar “ves esto, yo me muevo por todo el escenario y estoy limitado, llego hasta donde me da el cable, si yo pudiera me meto en el medio de la gente, cuando te toque a vos más adelante, metete en el medio, vos mandas, no tengas miedo”.

Una noche de carnaval, animando, me dieron un micrófono inalámbrico, me movía con comodidad, en ese momento se me vino a la mente Héctor, era un viernes, generalmente los viernes hay menos gente, junté coraje y pensé, no sé qué alcancé tendrá pero me voy a meter entre la gente a caminar, cuando me bajé me corría adrenalina por todo el cuerpo, no quería mirar a los costados, porque sabía que estaba haciendo algo raro para un público que no lo había visto todavía a eso, pero no tuve miedo, me fueron unos minutos y lo sentí natural. Al año siguiente, un sonidista, cuando llegamos al escenario me dice, quien es el conductor que se baja a hablar con la gente, tengo un micrófono especial para él, ya me avisaron, “soy yo le dije”, nunca me voy a olvidar de ese día, estaba haciendo lo que Héctor me dijo que hiciera, me sentía acompañado.

No alcanzarían las páginas web para contar las anécdotas que tengo con ellos, la vez que Héctor fue a hacer el programa de saco y corbata, pero abajo tenia pantalón corto y ojotas, el escritorio nos tapaba, le pregunté si le pasaba algo que fue así, me contestó “tengo calor, nadie me va a ver abajo total”, ante la carcajada de Ezequiel. Las gárgaras de “Listerine”, ¿para qué tomas eso? le decía “lo que pasa que si me rio quiero que me vean con brillo en los dientes”.

Lamentablemente al poco tiempo que Héctor deja para cuidar a su mujer, a Ezequiel lo sorprende una enfermedad que se lo lleva muy tempranamente, tenía tan solo 27 años, no lo podíamos creer, una persona genial, caritativa, participaba del coro de la iglesia, a mi me ayudó con trabajos de la universidad, un tipo inolvidable. Un poco después, también se iría de gira Héctor, dueño de las calles del carnaval, la voz del café Concert y el locutor del pueblo que siempre tenía un libreto improvisado que nunca te dejaría a pie.

Sin dudas que se merecía un espacio, con el tiempo pienso que es el mejor lugar que puede tener, su voz quedó en la memoria de todos, su carisma, que esté en el lugar que parece será nuestro córsodromo por mucho tiempo, es sumamente apropiado.

Cuando mi papá estaba conmigo, dábamos una vuelta juntos por su lecho, pasábamos y saludamos a Héctor y a Eze, hoy voy a verlo a mi viejo, en su lugar de descanso eterno, pero nunca dejo de pasar a saludar a mis amigos, siempre los acarició, no solo simbólicamente, nunca los olvido, por que se en el fondo, que fui su último elegido y eso me llena el alma.

Como hace poco también coincidencias de la vida, junto con su hijo Andrés, recordamos, que a mi papá, un día le hacía falta una persona que lo ayudará  en el corralón de la cooperativa agropecuaria y le dijo al gerente que le manden a Piccato, el gerente se largó a reír y se lo mandó, cuando mi papá se jubiló, Andrés quedó a cargo, increíble pero real, nuestros viejos, nos hicieron lograr la permanencia y las raíces de donde estamos ahora.

Besos al cielo amigos. Se los extraña siempre, hace 3 años, un día como hoy, tenes un espacio amigo locutor.


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