Dr. Gustavo, muchas gracias por recibirnos en su hogar, ¿se cumplen 50 años desde que comenzó a ejercer la medicina?

Gustavo Demarchi – “Muy bien, acá estamos en Pozo del Molle, son muchos años, en octubre va a ser ya 50 años que vine a esta localidad”.

¿Dónde nació Dr.?

Dr. Gustavo – “Yo nací en Pozo del Molle, mis padres y abuelos tenían la farmacia Morales que antes era la farmacia Demarchi que estaba al frente de la plaza (esquina Mitre y Dobric), me fui a Córdoba con mis padres cuando tenía 4 o 5 años”.

¿cómo nace en usted el deseo de estudiar medicina?

Dr. Gustavo – “Mi historia de por qué estudió medicina es un poco larga, de no creer, siempre tuve una vocación oculta, pero las vicisitudes o mi historia de vida me llevaron a que empezará a estudiar medicina un poco tarde, porque yo hice otras cosas. Yo empecé a estudiar medicina a los 26 años y me recibí a los 30 y medio, trabajé y estudié toda mi carrera”.

“Yo jugué mucho al básquet y después hice dos años de servicio militar en la marina, cuando salgo de ahí tenía el segundo año hecho del secundario, entonces empecé a estudiar de noche y a trabajar de día, ahí conocí a mi mujer que estaba estudiando medicina, comencé a estudiar yo hasta que me recibí.

“El porqué de estudiar medicina, es un poco triste, al frente de mi casa cuando yo tenía 12 o 13 años, vivía una familia tristemente recordada, porque todos fueron asesinados, el muchacho más grande estudiaba medicina y me llevaba a mis unos 5 años, el me prestaba libros y me mostraba todo lo que era el metier de la medicina, ahí se me fue despertando a mí la vocación”.

¿Ese asesinato múltiple siente que fue un punto de inflexión en su decisión?

Dr. Gustavo – “Si fue un caso muy conocido, la familia Yalovetsky, un asesinato múltiple al frente de mi casa, ese muchacho del que te hablo fue un brillante estudiante, ellos eran judíos, yo estuve vinculado y me llevaron como sospechoso, yo pude justificar lo que había hecho esa noche, había estado con un amigo, ese amigo era hijo del famoso escritor Efraín Bischoff, Eduardo me invitó al cine y habíamos ido a ver una película, fue una amargura muy grande porque había perdido a un amigo que mucho tuvo que ver con que yo me decida a estudiar medicina”.

¿Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba?

Dr. Gustavo – “Si fue en la universidad nacional de Córdoba, entre las guerrillas y las revoluciones no te puedo contar lo que yo tuve que hacer, aparte gran parte de mi carrera yo la hice trabajando, tal es así que cuando yo me recibí, a mis padres prácticamente no los veía, era tanto el tiempo que pasaba estudiando que no tenía tiempo para estar con ellos.

¿Dónde trabajó en esos tiempos?

Dr. Gustavo – “Si, trabajé en el colegio de escribanos de la provincia, trabajé en una casa de venta de autos en la calle Castro Barros, trabajé de pagador en el Hipódromo, en algunos momentos libres también manejé un taxi”.

¿Cómo fue egresarse en medicina y buscar las primeras experiencias?

Dr. Gustavo – “Si, al fnal me recibí e hice una gran experiencia en la guardia del hospital Córdoba, en las medicinas de urgencia, después estuve como un año en la antigua casa cuna, de la calle Castro Barros, todo eso antes y al poco tiempo de recibirme como médico. Yo me prepare para hacer medicina general, antes la formación de los médicos esta enfilada para hacer medicina general, para saber defendernos antes cualquier situación, ahora es totalmente diferente, la camada mía como la de Venturi, Guerberoff, o la De Franceschi, toda esa camada que ya no está, estábamos preparados para cualquier tipo de situaciones”.

¿En esas guardias de grandes ciudades se ve de todo?

Dr. Gustavo – “Sí, yo hacía guardia los días lunes en el hospital Córdoba, era terrorífico, eran 24 horas sin descansar, a veces no tenías tiempo ni de comer, en la casa cuna yo fui ayudante de un médico pediatra muy famoso que estaba ahí, me aceptó, la misma gente de ahí me decía que yo atendía más que él, fue una situación muy linda y una experiencia muy grande”.

¿Cómo se da su regreso a Pozo del Molle?

Dr. Gustavo Demarchi – “Yo ya tenía todo listo, todo embalado, con la tristeza de mis padres, me iba a ir a Oberá (Misiones) había estudiado con dos compañeros que eran de allá, ellos me estaban esperando para que fuera, pero apareció un compañero de Bell Ville que me cuenta que otro compañero en Villa Maria, que yo conocía además del básquet, éramos rivales, había abierto una clínica y necesitaba un socio para poderla atender, me contacte con él y le compré una parte de la clínica, así que de ahí me vine a Pozo del Molle, fue una alegría para mis padres que nunca se me imaginaron que volvería acá, eso fue allá por el año 1974”.

“Yo al principio cuando vine estaba con el Dr. Lange, pero era del Dr. Yankilevich la clínica, al venir ya tenía a mi hija de 4 años (Carolina) y nació después mi hijo (Gustavo), fueron muchas anécdotas, me encontré con muchos amigos de mis padres, con la historia de mis abuelos, la gente grande me ayudó a develar todo, me enteré de situaciones muy especiales de mi familia, un día te cuento una anécdota, una vez llegó un hombre con un sombrero negro, todo vestido de negro, me da un sobre y me dice que me mandaba eso un colega mío, leo la carta y tenía cáncer de pulmón, antes que le diga algo, me dijo, “decime la verdad por que vos estás sentado ahí gracias a mi”, le pregunte por qué y me contestó, “tu papá no quería ir a un baile y yo le insistí que fuera y en ese baile conoció a tu mamá”, ese hombre era Versi, famoso acá en Pozo del Molle”.

¿Qué recuerdos tiene de esos primeros años, de su paso por el hospital Raúl Dobric?

Dr. Gustavo - “En aquel tiempo prácticamente no existían las obras sociales, no había inflación, las mutuales nos pagaban a los 7 meses todo a través del circulo médico regional de Las Varillas, en un principio estuve solo, después mi socio fue el Dr. Lange que un día me dijo que no iba a venir más, después vino Venturi y estuvimos juntos unos años, después quedamos solos dos, con la llegada de la democracia me nombran director del hospital Raúl Dobric, esa fue otra anécdota, es algo que no me voy a olvidar nunca, cuando yo llego al hospital no era ni la mitad de lo que es ahora, estuve 29 años en el hospital y fui director 17 años, hicimos la salsa de cirugía nueva, la sala de partos nueva, cocina, sala de lavados nueva, en la última etapa hicimos todos los consultorios adelante en la época en que era intendente Omar Bossio, guardo muchísimos recuerdos de los miembros de la cooperadora, Hugo Maffeis, Reynoso, no quisiera olvidarme de ninguno, tanta gente, no nombró más a nadie porque no quiero dejar a nadie afuera, gracias a ello y la colaboración del gobierno municipal logramos que el hospital fuera otro.

¿Se imaginaba tantos cambios en la medicina desde aquel comienzo suyo?

Dr. Gustavo – “Si en el año 1974 vos me decías que un infarto se trataba canalizando una arteria, tapando con un catéter la coronaria, no te lo iba a creer, hoy es una práctica habitual, los infartos que hemos tratado acá, eran muy pocas las cosas que podíamos hacer, hoy en día no te digo que se solucionan fácilmente, pero se solucionan, antes hacíamos 30 partos al año y dos cesáreas, en las cesáreas las pobres mujeres estaban 3 días, hoy le haces cesáreas y al otro día se van a la casa, como ha cambiado la ciencia, la evolución de los tratamientos, las actitudes en las prácticas, con respecto a 50 años atrás es increíble como todo ha cambiado”.

La Dra. Elda Pagani, es la señora y otra de las personas influyentes en la vida del Dr. Gustavo Demarchi.

Elda, gracias por tu tiempo, ¿una linda historia familiar ligada a la medicina?

Dra. Elda – “Si, yo cuento la historia nuestra desde mi punto de vista, cuando lo conozco a Gustavo yo era estudiante de medicina en segundo año, yo notaba que los días de semana que nos veíamos, el a las 7 de la tarde se iba muy rápido, después de unos días me confesó que estaba haciendo el secundario y que su idea en la vida era estudiar medicina, seguimos de novios, estuvimos 5 años en donde él trabajaba y estudiaba, nos casamos el 24 de abril de 1970, en ese entonces todavía yo debía 4 materias para recibirme de médica y él tenía 3 materias entre 1 y 2 año de medicina, tras cumplir 4 años de casados, un 28 de abril de 1974 Gustavo se recibió de médico, hizo su carrera en 4 años, trabajaba y estudiaba, ya teníamos a Carolina, un sacrificio bárbaro, hizo todas las prácticas, fue a los hospitales, al tiempo cuando vinimos a Pozo del Molle tuvimos un gran felicidad, veíamos que nuestros compañeros de Misiones se fueron allá y veían a su familia una vez al año, vinimos con muchas expectativas y estamos agradecidos con este pueblo por todo lo que nos brindó, por todo lo que hicimos a través del pueblo”.

Dr. Gustavo – “Quiero mencionar algo, cuando nació mi hija yo la veía muy poco, me levantaba a las 6 de la mañana y llegaba a las 11 de la noche, yo a mi hija pasó mucho tiempo que la veía siempre durmiendo, fue una vida muy sacrificada esos 4 años, después si aprecié el verla seguido cuando vine acá. Yo del tiempo que trabajaba la verdad que tengo buenos recuerdos, ingresé a mi trabajo recomendado por un amigo, era un lugar donde había muchísimo dinero, me gané la confianza de mis jefes, yo estudiaba en el baño, me preguntaban permanentemente y me vigilaban como iba en mi carrera, lo bravo fueron dos y años y medio”.

Les voy a hacer la misma pregunta a los dos, ¿cómo es vivir una vida, en donde una decisión que pasa por tus ustedes, es determinante para la vida de una persona? ¿Cómo aprendieron a convivir con eso?

Dr. Gustavo – “Todavía lo hablo con mi hijo que también es médico, él se no se explica cómo todavía no nos infartamos con Elda, por todas las vicisitudes de nuestra profesión, el stress es agotador, te mata, el médico de pueblo es una persona que esta desde la mañana a la noche al servicio de la gente, a veces no comía, dormía muy poco, pasaba dos días sin dormir, así fue, aguante. La medicina no es una ciencia exacta, si fuera exacta seria todo tan fácil, en medicina 2 x 2 pueden ser 10, 20 o 40 y uno tiene que estar preparado para todos esos resultados”.

Dra. Elda – “Yo me dediqué mucho a la ginecología obstetricia, tuve muchas satisfacciones, mi especialidad trae los chicos al mundo, con muchos partos y la gran satisfacción de que nunca se me murió ningún chico en un parto, he tenido chicos que estaban fallecidos en el vientre, pero nunca uno en el parto, la mayor satisfacción es que uno sale a la calle y ves el agradecimiento de la gente, te lo puede decir Gustavo. Después uno sabe que errores todos tenemos, en el carácter la profesión te va haciendo, nadie es perfecto.

¿Cómo es para ustedes saber que muchos amigos de la medicina, ya no están, se los extraña?

Dr. Gustavo – “Yo permanentemente me acuerdo de ellos, como me voy a olvidar de Tito Venturi, las anécdotas que tengo y los momentos que hemos vivido juntos, no te podés imaginar, es para hablar una semana entera, las cosas que hemos tenido que vivir con Jorge Roland, estuve mucho tiempo con él en el hospital, los casos que hemos tenido que ver, no me quiere ni acordar, verlo hoy como está, pienso que es por el stress que soportamos los médicos”.

Dra. Elda – “Yo tenía un problema y a la hora que sea, lo tenía a Jorge Roland que acudía a darnos una mano, compartimos muchas responsabilidades juntos, nunca se hizo a un lado, es un agradecimiento enorme que tenemos hacia él, lo mismo que con Tito”.

Dr. Gustavo – “Tengo una anécdota que un día me llama Jorge a la 1 de la mañana y había una gitana en trabajo de parto y no quería sacarse la pollera, la bombacha, me decía que no quería hacer fuerza, que estaba histérica, gritaba, yo llegué y le arranqué todo, cuando terminé de hacer eso, Jorge me dice, estuviste muy bien, menos mal que viniste (sonríe).

¿Qué le dirían ambos a un adolescente que sueña con ser médico?

Dr. Gustavo – “Si no tenes vocación, si no la sentís a la carrera con el corazón no te metas, hace cualquier otra cosa, esta carrera es como un apostolado, uno tiene que hacer muchas cosas que nunca te imaginarias hacer, resucitar a alguien con respiración boca a boca, masajes cardiacos, ayudar a la pobre mujer que llora por la pérdida de su marido, uno no se lo puede imaginar en la vida de un médico, yo tengo la suerte de tener 82 años y poder hablarlo”.

Dra. Elda – “Mi consejo es que, si estudian medicina lo haga por amor, que pongan su vida para eso, estoy por cumplir 80 años, no hay mayor satisfacción que hacer esto con amor, hay que dejar la parte económica de un lado muchas veces, no solamente es para vivir de esto, muchas veces tenes que atender a la gente que uno sabe que no te van a poder pagar, si uno piensa de otra manera, que no estudie esto, es un apostolado como dijo Gustavo”.