Este mes se ha sumado como
sponsor de mi proyecto periodístico, “Corpo Salud” de Jesi Falco, la idea mía
en particular, si bien tiene como obviedad un mínimo sustento económico, también
persigue el objetivo de rodearme de información que considero novedosa para mi
comunidad más cercana, esto coincide con un cambio de mentalidad de este
centro, que pasó a ser un lugar mucho más amplio, ya no solo es una camilla o
consultorio, hay una nueva mirada holística y una especial atención en la
prevención de la salud para quienes se llegan a este lugar.
En esta oportunidad, conoceremos
algo de la historia, de la persona que dicta clases de “YOGA” en “Corpo Salud”,
se trata de Sofía Cavaglia.
Hola Sofí, muchas gracias por tu
tiempo, ¿cómo es que empezas a frecuentar este tipo de terapias alternativas?
Esas técnicas que ahora brindan nuevas respuestas e informaciones.
Sofía Cavaglia – “En realidad sola no me daba cuenta, necesité de alguien
que me guiara, allá por el año 2017 iba de Romina Travisan ( un centro de
estética y salud) a hacerme masajes descontracturantes, tenía dolores en la cervical,
en la mandíbula, yo tenía bruxismo, dolores en los hombros, estaba siempre con
una contractura en el omóplato derecho, hablando con ella me hizo dar cuenta
que yo dormía pero no descansaba, me decía que eso venia de la parte emocional,
allí Romi me dice que tenía una amiga que hacia biodecodificación y entonces me
recomienda que vaya a verla”.
“Yo no tenía ni idea de lo que se trataba, me acuerdo que salía del
consultorio, redactaba el mensaje y no lo mandaba, un día le mando el mensaje,
llegué hasta esa persona, cuando voy a la primer sesión de biodecodificación me
volvió loca la información, pensaba en por que la gente no conocía todo esto, es
de donde viene todo lo que nos pasa, tengo tan grabado ese día de salir al
Boluverd San Juan en Córdoba, doblar por la Obispo Trejo y sentía que caminaba
por las nubes, no sé cómo explicar esa sensación de alivio, tranquilidad, hasta
ese momento no la había sentido nunca, siempre digo que todo lo que hago lo he
experimentado primero en mí, hasta ese momento no sabía qué hacer con mi vida,
fue como un antes y un después, se me despierta algo, siempre me gustó brindar
servicios pero por ahí no sabía desde que punto, desde ahí empecé a estudiar y a
meterme en el tema, así fui metiéndome en todo este mundo holístico”.
Me da la sensación que muchos
ahora empiezan a mirar para ese lugar, ¿Dónde sentís que fue el quiebre en
muchas personas?
Sofía – “Creo que después de la pandemia fue un antes y un después en el
despertar de conciencia, detrás de muchas cosas que están pasando a nivel planetario,
no es casual que todo el mundo esté mirando para este lado, porque por ahí no
encontras respuestas en otros lados, a través de estas terapias que son para
uno, porque el camino siempre es desde adentro hacia afuera, es donde muchos
están encontrando respuestas y se encuentra uno a uno mismo”.
“Yo empiezo por la biodecodificación, otra cosa que siempre cuento, es que por
ahí en donde yo trabajaba y buscando en redes sociales me sale lo de hacer
meditación, no es que yo enseñe a hacer meditación, tengo herramientas básicas
pero empiezo a experimentar lo que es la meditación guiada y a todo el mundo se
la recomiendo, es un antes y un después también, por ahí venía con una energía
y es algo tan simple, solo ponerse a la noche con los auriculares y buscar en YouTube,
meditación guiada para dormir, estrés, yo sentía que al otro día ya no se me
pegaba lo del otro”.
Es interesante este punto, ¿Qué es
lo que se pega del otro?
Sofía – “Más allá que yo venía experimentado un cambio, yo sentía que absorbía
energía complicada, trabajar en un lugar de salud no es fácil, nadie va
contento al médico, a no todo el mundo le gusta ir a ver médicos, por ahí decías
buen día y te decían si estoy acá no es buen día, eso me afectaba, llegaba a mi
casa mal, entonces yo dije “no quiero esto, si esto no es mío”, el hacer meditación
me llevó a lograr que los comentarios del otro no me afectaran, que no
influyeran en mi estado de ánimo”.
¿De ahí en adelante sentís que
comenzas a sanar? ¿Cuándo te das cuenta que queres ayudar a los demás?
Sofía – “Nunca se termina de sanar, es una evolución constante, cuando me empezó
a resonar comencé a querer ayudar a la gente, empecé a estudiar sobre biodecodificación,
yo había comenzado a estudiar profesorado de biología y conocer esta información
me hizo unirla, me sirvió un montón, me pasaba que salía de las terapias y le quería
contar a todo el mundo que se podía vivir de otra manera, aprendí de muchas
personas con las que me fui cruzando, una simple frase que me dijeron me resonó
y me hizo cambiar algo, estudié un montón de nuevas terapias que no aplico, después
conocí el tema de la energía, encontré el origen de los problemas, dolencias,
angustias, tristezas, traumas, todo viene biológica y genéticamente cargado en
uno, nos cuesta entenderlo por el desconocimiento de cómo estamos formados,
como seres humanos, especies, la información en nuestras células están y se van
transmitiendo de generación a generación, cada uno resuelve como puede y en
base a lo que ha aprendido, es tomar conciencia que te permiten cambios a nivel
físico, biológico, emocionales, no solo es el origen, es amplio”.
¿Qué otras terapias hiciste pero
que no practicas o enseñas al resto?
Sofía – “Hice flores de Bach, es una terapia aromática, son unas gotas que
se preparan en base a lo que le está pasando a la persona, es como que haces
una encuesta al consultante y viene una preparación luego, yo entiendo sus
beneficios, los conozco, pero no lo consumí, entonces no lo pude aplicar, si
bien utilizo esencias y se lo recomiendo a la gente en yoga, porque me ayudo a
relajar. Después aprendí “Reiki”, hace 7 años que lo hago y lo elijo, es una
terapia energética, yo lo daba pero empecé a tener algunas sensaciones o
emociones en el cuerpo que no me coparon, dije esto no es lo mío, pero
igualmente todos los meses hago para mí, otra cosa que consumo y que además le
hago a las personas es la barra de acces, lo conozco a través de un curso que
hice para dejar mi trabajo y meterme en esto holístico, es una terapia en donde
te acostas en una camilla y yo tocó 32 puntos que están en la cabeza, que son
las barras, se activan a través de las palabras, se disipan las energías, lo
tienen que experimentar, es como un reseteo en la cabeza, tiene muchos
beneficios”.
¿Cómo te encontras con el yoga y
que nos podés decir de esta técnica que das en “Corpo Salud”?
Sofía – “Si bien yo estoy en este camino de ir hacia uno, es una de las
pocas veces que me deje guiar y que fluyera, justo se dio que quedo embarazada
y mis proyectos dieron un giro de 360 grados, mis planes no iban a ser los
mismos, algo me resonaba, varias veces había querido empezar, pude hacer el curso,
un instructorado, además Alicia quien me hace “Reiki” justo me cuenta que Jesi
Falco buscaba una profesora de yoga, al ponerme en contacto con ella me dijo
que ni bien esté todo listo que me sumara, no hubo mucho que pensar”.
“Bien, yoga es una práctica física, no solo es físico, si no que trabajamos
la mente y el espíritu, a través de la postura o de las asanas o como quieran llamarlo,
uno mueve energía que atraviesa nuestros chacras que son nuestros centros de energía
vital, lo que se experimenta no es solo un cambio físico, sino una
transformación, lo que buscamos en esta práctica es el encuentro con nuestro
ser, que todos tenemos pero muchos desconocen, en una clase se hacen ejercicios
físicos, se va a sentir, por ahí la gente se piensa que es ir a sentarse y
meditar, no, muchas veces vas a salir de ahí con tus manos temblando, las
piernas doliéndote, la parte abdominal, pero luego vas a experimentar un montón
de cosas en tu vida diaria, todo lo que el cuerpo hace la mente lo aprende”.
¿De cuánto tiempo constan las
clases de yoga y que frecuencia?
Sofía – “Las clases son de 1 hs o 1 y media, si uno siguiera todos los
pasos por ahí se hace largo, pero bueno por una cuestión de tiempo, o económica
quizás, la gente te pregunta siempre cuanto tiempo dura, por esto de vivir rápido,
al principio no se notan los cambios y entonces quizás una hora y media te
parece mucho, con una hora se pueden lograr muchas cosas, son dos encuentros en
la semana, pero muchos van una vez, eso depende de cada uno”.
¿Qué mejoras te manifiestan los
alumnos de yoga?
Sofía – “Me manifiestan que están muchos más tranquilos, que bajan 20 mil
cambios, el descanso, la gente no descansa y experimenta enseguida el poder
descansar, las dolencias físicas, dolores de cabeza, cervical, lumbar sienten
que les baja, después hay montón de cosas particulares, tengo una alumna que me
dijo alguna vez que iba camino a su trabajo y veía para abajo el piso nada más,
a las pocas clases de joya, me dijo que empezó a notar más cosas y a disfrutar
alrededor, no es solo postural y físico”.
En “Corpo Salud”, he visto que
trabajan y hacen días de talleres con muchos profesionales a la vez, ¿Cómo viviste
ese proceso?
Sofía – “Si, tratamos de trabajar en equipo y estar todos interrelacionados,
tuvimos una jornada que fue un éxito a mediados del año pasado, se convocó a
varias profesionales de ahí, cada una aportaba desde su rol, estaba todo
conectado porque era la salud a través del movimiento, de la alimentación, surgió
a través de una idea de Jesi (Falco), se armó una tarde, en donde hicimos “yoga”,
donde conocieron “constelaciones familiares”, que también hoy es algo que
estudio porque me hace ver la vida de otra forma. Nunca hubiese imaginado que
hoy Pozo del Molle tenga un centro de terapias holísticas, me parece buenísimo”.
Para cerrar a modo de conclusión,
desde aquella Sofía que iba a hacerse masajes por estar contracturada, ¿Qué cambió
y que mensaje podés dejarle a la gente sobre todas estas terapias que conoces y
dictas algunas como el yoga?
Sofía – “Sí, primero que hay gente que me llegó a decir que me cambió la
voz, mi forma de hablar, las expresiones, la cara, te digo todo lo externo que
vieron otros, pero yo por dentro sé que no soy la misma persona, soy parte obvio,
no deje de ser, me acepté las partes anteriores, pero ahora elegí los cambios. La
gente tiene mucho miedo a encontrar cosas malas, nadie adivina nada, desde el
yoga, me terminó de unir un montón de cosas que tenía suelta, no es que uno no
tiene más problemas, pero sé que hacer con ellos, antes no.
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