Desde hace un tiempo el ciudadano de Pozo del Molle siente una confusión a la hora de hablar de la fecha fundacional de su localidad, es que la historia se nutre de datos y relatos, sin embargo, como en todo poblado, la falta de palabras autorizadas, de libros y escritos que reafirmen momentos históricos, dejan lugar a libres interpretaciones de cada uno de nosotros sobre los determinados acontecimientos que nos sucedieron.

El punto de quiebre se dio el 4 de abril del 2004, es que en ese entonces el ex intendente Carlos Salvático con motivo de celebrarse los 100 años de la localidad diagramó eventos durante todo ese año, en aquel 4 de abril se descubrió una placa que se puede observar en la plaza Bartolomé Mitre, ese día hubo locro, asado y choripanes, con actuaciones de los talleres culturales de ese entonces, folklore, danza clásicas, ritmo caribeños, más las actuaciones de la Banda Municipal Belgrano, Trio Tango, Rafael Expósito, Hugo Chávez, Los Huarpes y el cierre estelar de Facundo Toro. Estos datos pueden leerse, como tantos otros, en el libro de los 100 años de molle florecido, de Dolly Pagani.

Hasta antes de ese evento multitudinario del 2004, muy pocos tenían presente esa fecha del 4 de abril, es más, el libro de los 100 años no destaca tanto como si lo hace el de los 75 años diagramado por Marta Núñez, el libro de los 75 años detalla cada uno de los momentos fundacionales de Pozo del Molle y debería ser desde mi humilde opinión, el libro base como para sentar precedentes a futuro.

Hace un tiempo atrás, desde la municipalidad y más precisamente por su actual director de comunicación, David Peralta, se hizo un recorte preciso de los acontecimientos de aquel 4 de abril, ese día de 1904 se realizó el primer viaje de pasajeros y de carga desde San Francisco a Villa María, quedando inaugurada la estación Pozo del Molle.

Según contaron los lugareños, de ese tren descendieron muchos inmigrantes europeos y de allí surgen nuestras descendencias posteriores, de ese momento en donde las familias bajan del tren, se establecen en el lugar, comienzan a trabajar nuestras tierras y unos meses después, más precisamente el 8 de septiembre, celebrarían que pudieron hacer la américa, vivir y prosperar, entonces eligen el día del agricultor y le rinden al cielo la plegaria a nuestra patrona, la inmaculada corazón de María.

Sin embargo, más allá de agradecer cada 8 de septiembre, antes sucedieron acciones para llevar a tal festejo, es que según consta el libro de Marta Núñez, un 25 de abril de 1888 Bartolomé Firpo compró una fracción de terreno ubicado en "La Leona" pedanía Calchín en el departamento Río Segundo, cuyo terreno constaba de seis cuadras y media de este a oeste por 30 cuadras de sur a norte, en 1902 la compañía francesa de Ferrocarriles de Santa Fe extendió su línea uniendo San Francisco con Villa María, debió instalar una estación en los campos de Firpo al que denominaría "Pozo del Molle". Firpo, ante la oferta de la compañía decidió donar las tierras para la empresa y al mismo tiempo resolvió hacer el trazado de un pueblo en el resto del terreno, dicho acuerdo se firmó el 29 de marzo de 1903.

Y acá es donde me quiero detener, todos los habitantes de Pozo del Molle saben que el día 8 de septiembre es la fiesta del pueblo, del 2004 para acá muchos se sumaron a la creencia que por que paso el tren por primera vez y trajo gente, especulan con que antes aquí no había nadie, sienten e interpretan que los que bajaron del tren fueron los primeros habitantes. Pero, desde mi perspectiva, desde lo legal, para mi es mucho más importante la fecha del 29 de marzo, ese día se escribió el trazado del pueblo, ya no era Firpo, era de todos.

Yo siempre tengo ejemplos familiares que son muy cómicos pero que ejemplifican a veces estas cuestiones de relatos e historias, antes, los médicos no llegaban a los domicilios, no existían hospitales, enfermeros, ni hablar de los registros, en el caso de mi padre, el nació un 21 de septiembre pero sus padres vinieron a anotarlo un 14 de octubre, si bien legalmente toda su vida tuvo que decir que su fecha de nacimiento era la del 14 de octubre, cada vez que se lo preguntaban para un trámite, el en su interior, siempre supo que su cumpleaños era el 21 de septiembre, por eso cada comienzo de primavera, mi casa era una fiesta, para nosotros no era un cambio de estación, o el día de los estudiantes, nosotros esperábamos la noche para celebrar el cumpleaños de papá.

A Pozo del Molle siento que le pasa algo parecido, ya eligió a lo largo de toda su historia, con el corazón, celebrar un 8 de septiembre, pero su documento dice otra cosa y su gente también le agregó este plus de la importancia del paso del tren. A veces me pongo a charlar con un amigo que conozco desde hace tiempo, como es Alberto Pescio, el parapsicólogo, quien, montado en su personaje televisivo, nos dice medio broma y mucho enserio, que siente que este pueblo es ariano, además afirma que, si fuera Aries, le iría mucho mejor, entonces si lo veo reflejado en lo legal, de aquel 29 de marzo de la firma del contrato del trazado, o del que muchos creen, de aquel 4 de abril, sería un ariano de pura cepa. Pareciera entonces que es un ariano que decidió ser virgo por unanimidad.

Otros datos para agregar sobre el tren en Pozo del Molle, el último tren que pasó por la localidad fue el del día 12 de septiembre de 1977, el mismo tuvo recorrido de Villa Maria a San Francisco y llevaba el número 6702. En cuanto a los jefes de la estación Pozo del Molle, el primero fue Juan Ángel Montón, luego lo sucedieron, Antonio García Soler, Francisco Romanello, Odorico Di Tomasso, José Vaumerys, Inocencio Prado, Ángel Silva y Gustavo Juan Montón.

A casi 47 años después del paso del último tren, la memoria del pueblo quedó sumergida en ese lugar, si bien, los ramales fueron levantados, nadie pudo levantar y destronar los recuerdos, los gobierno municipales de turno, dirigentes cooperativistas de la población, se encargaron de embellecer una y otra vez la estación, los andenes de la estación, ahora cobijan miles de recuerdos del museo local “Pablo Recla”, los galpones guardan ya no máquinas, si no muchos momentos de expresiones culturales, artísticas y populares.

Yo no soy quien, para torcer una opinión popular, lo que sí está claro, que la historia se interpreta de muchas maneras de acuerdo a lo que nos significa a cada uno, decidamos lo que decidamos, la influencia del tren fue enorme y nos sigue poniendo a debatir muchos años después, si, este 4 de abril, 120 años después, algunos seguirán pensándolo como un momento bisagra de nuestra historia, pero no fue el único, por tal motivo no tengo dudas de que será en estos 120 años, un día de celebración en el cronograma municipal de este 2024.

Fotografía: “Recuperadas del archivo histórico municipal, Pablo Recla y libros de los 75 y 100 años de la localidad de Pozo del Molle”. Agradezco al director de comunicación, Sr. David Peralta, por desinteresadamente colaborar con datos desde el museo municipal.