Es increíble que hayan pasado ya tantos años, lo cierto es que aquellos que tuvimos la suerte de vivirlo, no tenemos forma de evadir tantos gratos recuerdos de aquella campaña. Habían pasado innumerable cantidad de jugadores, técnicos, dirigentes, todavía quedaba la nostalgia cercana del año 1989 en donde estuvo muy cerca de lograrlo, en el cuadrangular final frente a Unión de Alicia, Huracán de Las Varillas y el Sportivo Sacanta, este último consiguió una victoria más y lo dejó al rojo con las manos vacías.
En aquel 1993 se sentaba en el banco de suplentes, Oscar Olivera, “el oveja” si así, debería ser la oveja, pero no, le decían el oveja, procedía de Villa María con una prominente caballera y con los dotes típicos de una personalidad distinta, un hombre de carácter y que sabía lo que se estaba jugando siempre. En el plantel tuvo la suerte de tener caudillos en todas las líneas, Sergio “tico” Bossio, Machado, Farías “la pina” que aun continúa ligado al club como entrenador, Norberto “Pintura” Pochettino en el arco, Carneiro, Ambrosio, “Ardiles” Navarro, todos abanderados en la figura de Marcelo Cutro, el de los grandes pergaminos, aunque también rodeados por los incansables Daniel “Toli” Rivero y el joven de Carrilobo Mario Paoletti. El refuerzo de distinción en el mediocampo fue Alberto Arenas “el Beto”, no fueron muchos los que llegaron, pero claramente levantaron la vara de los experimentados de la localidad.
El torneo les dio la oportunidad a varios jóvenes en ese entonces, David Narduzzi, Alejandro Sachetto que venía de Carrilobo, Horacio Borgiattino, “Ñoño” Pereyra, más los pibes de la reserva que asomarían con fuerza, Daniel Mettilo esperaría en el arco también su chance.
LA CAMPAÑA
La primera fecha fue de local, contra Alianza Alicia, no fueron muchas veces en que vimos juntos a Unión y Filo, parece un cuento, el partido fue un 0 a 0 muy caliente, con tiros al aire de la policía y disturbios, el rojo tenía unos pibes que entonaban canciones detrás del banco de suplente local, allí cerca de donde dejaba la camioneta Modesto Drua, hubo corridas y el partido no dejó mucha tela para cortar.
En la segunda fecha también fue 0 a 0 en Laspiur, recién la primera victoria sería en la tercera, con gol del “Beto” Arenas, en el cuarto capítulo seguía sumando de visitante, igualaban 0 a 0 con Huracán. La localia pesaba fuerte, es que, en la quinta fecha, volvió a ganar 2 a 1 con goles de David Narduzzi y Sergio Bossio.
En la sexta fecha, otro viaje complicado a El Trébol de El Tío, otro empate en 0 y se venían dos partidos en condición de local, en el primero de ellos fue victoria ante Adea por 2 a 1 con los goles de Mario Paoletti y “Beto” Arenas, el otro sería el épico o heroico empate frente a Almafuerte de Las Varillas, Mario Paoletti terminó empujando a la red un gol que anímicamente hizo empezar a ilusionar a la gente con el campeonato, 8 jugadores del rojo lo habían hecho posible.
En la novena fecha el empate en Fortin lo dejaba cerca, pero ya en la décima sabía que luego del triunfazo de local, por 2 tantos contra 0, con los goles de Mario Paoletti y Marcelo Cutro, luego de ese triunfo ante el 24 de septiembre de Arroyito, Sportivo sabía que, si ganaba en Villa Concepción del Tío, lograba la primera estrella en su historia.
LA TARDE DEL 4 DE JULIO
Hace poco contaba en una entrevista José María Molina, relator de la campaña y quien junto a Ariel Díaz siguió todas las alternativas, que Oscar Olivera se enojó una noche y juntó a los jugadores y les dijo que no iba a dirigir la final, ese domingo el destino quiso que estuviera sentado en el banco de suplente, el delantero que alguna vez pasó por Alumni de Villa María, Talleres, René Beltramo, “el gaucho” dirigió la tarde soñada. Allí esa tarde, David Narduzzi se elevó y de cabeza le dio el gol al Sportivo y desató un festejo memorable.
La caravana fue interminable, la noche tuvo al salón grande en donde hoy realizan gimnasia deportiva, con muchísima gente festejando, los llaveros con la camiseta del rojo eran el souvenirs, se gritaba por el rojo y se gritaba por la selección argentina, es que esa tarde también Gabriel Omar Batistuta nos daba una copa que recién se volvió a repetir en julio de 2021.
Con el tiempo después se repitió en el 2011, pero esta generación del 93 a muchos les mostró como era esto de amigarse con la alegría, con la satisfacción de ser el mejor, fue un equipo que no recibió goles de visitante en toda la campaña, la solidez defensiva y la fuerte localia lo llevaron a ser el mejor en la zona sur y coronarse en ese apertura del año 1993.
Gracias por su tiempo, si te gusta esta nota, ayuda compartiendola en redes haciendo click aqui
Compartir en Facebook