Hola José ¿nacido en Pozo del Molle? ¿a qué se dedicaban tus padres?
José (Yiyo) – “Si, soy nacido en Pozo del Molle, mi papá era de La Playosa, mi mamá lavaba ropa para dos o tres familias, mi papá hacia changas, era zapatero, les ponía los plásticos o los fondos a los baldes, trabajaba en la municipalidad o de albañil con Ame, Ciccardini y Vacaro.
¿Se podría decir que toda una vida dedicada a las bicicletas?
José (Yiyo) – “Si, el 23 de marzo cumplí 58 años con las bicicletas, toda una vida, comencé en marzo del año 1965 en la calle Independencia, de ahí me crucé casi al frente del hospital por que entré a trabajar con Lovera, estuve ahí hasta que hice el servicio militar, luego donde vivía “Chocho” Volmaro, donde está el geriátrico hoy, de ahí me pasé adonde está el “Almacor” ahora, que era de la familia Caón. Ya acá más cercano en el tiempo, estuve donde está ahora Lucas Castellano con sus automóviles, me alquilaba ahí Horacio Barrionuevo, cuando me tuve que ir, mi amigo el “turco” Núñez me dijo que podía ir al lugar que estoy ahora en calle Buenos Aires, hace como 15 años que estoy ahí”.
¿Estuviste trabajando en otros lugares?
José – “A los 13 años lavaba copas en la sede con Amé y Milanesio, ahí me conoce Lovera, me preguntó si quería ir a trabajar con él y fui, empecé un día a las 8 de la mañana, recuerdo que tuve esperar que él se levantará, una familia espectacular, con él a los 14 años ya estaba trabajando. El trabajo de bicicleta me gustaba, no me aburría, muy poca gente sabe mi nombre, a mi papá le decían “Yiyo”, por eso me pusieron así, siempre iban un montón de chicos a la bicicleteria”.
¿Cómo fue comprar las herramientas e independizarte?
José – “Cuando fui de Lovera él tenía todas las herramientas, fui como empleado, cuando cumplí los 18 años me hizo socio de él, con el tiempo Lovera tenía una despensa, cuando volví del servicio militar en el 72, que te cuento hice tres años en la escuela de paracaidismo, me anoté para eso y no salir de Córdoba. Al volver después de un tiempo los hijos de Lovera me dejan todo a mí, lo que era de Miguel, yo siento que fui un hijo para ellos, recuerdo a Víctor llevarlo en bici al colegio, hoy Ana y Víctor están en Merlo San Luis y Oscar en Estados Unidos, en Los Ángeles”.
¿Qué primeros recuerdos tenes de la bicicleteria?
José – “El primer mensual que cobro de Lovera, habrán sido 20 pesos, mi viejo fue a cobrar por que yo tenía 14 años, Lovera le dijo que le daba 25 porque yo andaba bien, mi papá se volvió muy contento. Así como recuerdo, antes los rodados eran 28 para hombres y mujeres 26, hoy todas las bicis nuevas ya las arregla Fabián (su hijo), vienen todas muy modernas, yo armaba las bicis, compraba el cuadro y las armaba completo, un día cayó un hombre del campo que quería una bici, tenía que armarle las ruedas todo, en pocas horas se la armé”.
¿Cómo es el contacto social, con aquellos que pasan por solo el aire a inflar una rueda o los clientes de siempre, amigos?
José – “Los clientes míos ya saben, van con 20 pesos, algunos te dejan 50, otros 100, algunas caras nuevas llegan y te preguntan, le decís cuanto es y te dicen ya vuelvo y no los vemos más, en el hospital cuando estuvimos cerca, inflábamos con inflador de pie, no teníamos ni compresor. Si, los amigos siempre estuvieron, hoy veo a esos niños que ya son padres que me visitaban en la bicicleteria, cuando estaba “Casanto”, llegaba a las 8 de la mañana y tenía 3 o 4 bicis apoyadas en la pared, tenía que tenerla listas a las 12 cuando ellos salían, los policías usaban bicicleta en esa época, eran todos clientes míos, tenía clientes hombres y mujeres porque siempre respete a todos”.
¿Cómo es trabajar ahora con tu hijo Fabián?
José (Yiyo) – “Él era profe de tenis, daba clases en Las Varillas, cuando dejó, lo llevé al taller y aprendió enseguida, es rápido como yo, como laburaba antes, yo trabajé siempre solo, ahora hace todo el, últimamente voy a abrir no más (sonríe). Con mi hermano Norberto también trabajé un tiempo lo llevé conmigo.
Hola Fabián, estás trabajando con tu papá en la bicicleteria, pero tenes cierta pasión con las bicicletas y el ciclo turismo, ¿viajas mucho por zona rural y conoces capillas, escuelas, te motiva?
Fabián – “Sí estaba dando clases de tenis, pero un día le dije a mi colega y amiga Marisa Mío, en el 2016 me voy para otro lado, había mermado el trabajo del tenis, es complicado porque es un deporte de aprendizaje, le dije a mi papá que me hiciera un lugar, comencé en el verano que suele haber más trabajo, en el invierno hay menos horas de los niños en la calle y los parches aguantan más”.
“Por otro descubrí y está buenísimo el ciclo turismo, yo cada deporte que hago me meto de lleno, me accidenté en moto en el 2008, en el 2009 vendí la moto y pude comprarme la bici nueva de costo, si no, tampoco llegaba, dije de comprar algo bueno, le empecé a meter, solo que antes no usaba el teléfono para sacar fotos. En redes sociales ahora estoy viendo lo que hace un amigo que tiene como una página que se llama pueblo y lugares a pedal, es un muchacho que es de Arroyito, que recorre capillas, escuelas, grutas, el las agrega al map de google a estas referencias, entonces recorro la zona”.
¿Cuántos kilómetros haces y a que lugares fuiste aquí en la zona?
Fabián – “Empecé a hacer 25, 60, 90 y hasta 185 kilómetros en bici, me fui hasta Luque y recorrí 4 escuelas y una iglesia de 1907 que está a 5 kilómetros de Luque. Por la zona estuve en la escuela de “La Sirena”, “la Urquiza” creo que es donde se hacia el picnic de campo “La Victoria”, están abandonadas y la gente aprovechó y fueron vandalizadas.
“Y por acá cerca, ósea 20 kilómetros a la redonda, fui a la escuela de “Las Liebres”, más adelante hay otra por ese ripio, la José Hernández creo que es sobre la medialuna, las capillas de Corral del Bajo, la antigua y la que está en Corral del Bajo, la capilla “San Alfredo”, “San Bernardo”, la capilla del campo de Campodónico entre La Playosa y Los Zorros, que hace una cruz con la luz del sol”.
¿Has tenido contratiempo en esos largos viajes?
Fabián – “Si obvio que hay contratiempos, es más una vez un amigo me tuvo que ir a socorrer, entre Tío Pujio y Arroyo Algodón, pinché 4 veces las gomas, me metí por donde me dijo el GPS y me metí en cualquier lado, me puse un poco nervioso, pero después ya está, te acostumbras y sabes que alguien te va a ayudar”.
¿Hoy ayudas a tu papá y estás al frente de los trabajos en la bicicleteria?
Fabián – “Si yo arreglo cualquier bicicleta, peor por ahí aquellas bicis de competición o por decirte aquellas bicis que salen 500, 600 mil pesos se las mando a Diego Tosoroni que él se encarga de eso, hace ese service, yo lo hago para evitar tener esas naves en el taller, uno trabaja más en el día a día, tenemos más los caballitos de batallas, nos hablamos mucho con Diego, nos damos una mano, es práctica todo”.
¿Vas con todo el equipamiento para los viajes?
Fabián – “Si me llevo todo, comidas, parches, cámaras, tengo gente amiga en cada lugar que voy paro a comer, tengo todo lo que es protección, luces traseras y delanteras, pongo luz azul, porque los que vienen frenan por que creen que puede ser la policía, hay que ser precavidos”.
Muchas gracias a los dos por su tiempo.
(Yiyo) “Este mes, es el mes del bicicletero, antes se hacía en Rio Tercero la fiesta, hubo en su momento, déjame dejarle un saludo a todos los colegas y amigos”.
Fabián – “Gracias a vos y te cuento que ahora vamos a hacer el 28 de mayo un ciclo turismo, los invito a sumarse a esta propuesta en Pozo del Molle”.
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