¿En qué momento comenzas a trabajar con la cerrajería?

Anabel – “Bueno, todo empezó allá por el año 2008, escuchando una publicidad en radio “Los Zorros”, que decía que Stella Clemente (ex cerrajera) vendía su cerrajería porque se iba a vivir a otro lugar, empecé a ver si lo podía hacer, fui a charlar con ella, había otras personas interesadas, pero cuando llegué yo, ella me dijo “te la voy a vender a vos porque sos mujer”, los demás habían sido hombres los interesados. En el precio que estaba pactada la venta, también estaba incluida la enseñanza, entonces me vendió las máquinas, las herramientas que tenía y me enseñó, fui un par de días a su casa cuando ella todavía estaba aquí y después ya me largué sola”.

¿Tus hijos eran pequeños en ese momento que inicias?

Anabel – “Si, tenía a mis hijos chiquitos, la nena tenía 3 años e iba a todos lados conmigo, primero empecé en bicicleta, después me compré una moto y luego un auto, así me fui trasladando a los trabajos”.

¿Qué tipos de maquinarias compraste?

Anabel – “Si, tengo la máquina que hace la llave de doble paleta, la de las puertas de la casa, es una máquina que tiene un motor y es un copiador, como un torno, para que te salga bien la llave el secreto es que esté bien regulada, porque si no queda más baja la llave o más alta, la otra es una máquina para hacer llaves chalet que son las de condado o vehículos, yo a esa no le puse motor, la adquirí así y así quedó. Eso es lo básico que adquirí de Stella, hay muchas más modernas, con más tecnología”.

¿Tendrás muchas anécdotas en este oficio?

Anabel, - “Si, como anécdota reciente, hace poco fui a un departamento que en el mismo lugar hay cocheras, destrabé la puerta, renegué, cuando la coloco, el departamento tiene una sola puerta y la ventana con rejas, cuando me di cuenta nos quedamos encerrados adentro, yo del otro lado del pasillo, la caja de herramientas y el celular del otro lado, en ese mismo momento pasó una chica que guardaba el auto y nos preguntó si necesitábamos ayuda, creo que nos vio la cara (sonríe), me alcanzó el celular y llamé a una amiga para que me viniera a abrir la puerta del lado de afuera, de esas anécdotas hay miles”.

¿Cuáles fueron tus primeros trabajos?

Anabel – “Y como primer trabajo que recuerdo, fue para el 1 de agosto del 2008, en la forrajería de Elizabeth Ambrosio, no me acuerdo si ella ya lo tenía al negocio, o si teníamos que abrirle para que ella se instalara, o si había perdido la llave o no se la habían dado, sí sé que tuve que taladrar la puerta, renegué un montón porque era la primera vez que lo hacía.

¿Tenes clientes en la zona también?

Anabel – “Tengo muchos clientes en Carrilobo, porque no hay cerrajeros y en La Playosa, en Las Varillas algunos, se ir al campo para hacer trabajos en un hogar, o destrabar autos, camionetas”.

¿Qué tareas llevan más tiempo?

Anabel – “Y generalmente cuando no está la llave, que hay que romper, taladrar la cerradura y cambiarla, a veces pensas que vas y venís en un ratito y te lleva más tiempo”.

¿Te llaman de instituciones también?

Anabel – “Si, siempre me llaman los colegios, ahora tengo que hacer cambios de cerraduras en el colegio San Martin por ejemplo”.  

¿Sos de aconsejar cómo proceder, de chequear los trabajos?

Anabel – “Y si la gente es de afuera le digo a la gente que se tome el trabajo de probarla antes a la llave, acá en el pueblo me tomo el trabajo de llevarla yo, probarla, siempre les digo que prueben con la puerta abierta, no es lo mismo que te quede la puerta trabada con llave, que quede abierta, en la ciudad es distinto, yo tengo colegas de la distribuidora en Villa María en donde yo compro el material, que me dicen, ¿para qué vas a probársela? ya agarre esa costumbre, muchos colegas me dicen que eso se cobra, es un servicio más, yo tengo que comprar el material, mandarlo a buscar y hago el seguimiento hasta que ande, hoy me pasó en una puerta de vidrio, de dos cerraduras, una de arriba y otra de abajo, no andaban unas, las otras sí, pero terminé cobrando la copia no más.

¿Tuviste que trabajar contra las inclemencias del tiempo, sin horarios, de todo?

Anabel – “Si las inclemencias del tiempo las viví a todas, me costó los primeros tiempos en bicicleta trasladarme de un lugar a otro, a veces estaba en una punta del pueblo y me llamaban de la otra, a veces estas en una puerta que no es urgente y te llaman de una que sí, o que tienen que entrar, alguien tiene que abrir un negocio y no pueden, voy armando con prioridades y hay que organizarse”.

¿Es costosa la materia prima y los trabajos de este oficio?

Anabel – “Si, la materia prima es accesible pero últimamente aumentó mucho el costo, en la ciudad la mano de obra está muy diferenciada, si es un trabajo en la siesta, si es feriado, de noche, fin de semana, la gente que me vende la materia primera me dice que lo haga de esa manera, que cobre de acorde a la importancia de la llave, no es lo mismo la importancia de llave, una máquina, vehículo, caja fuerte, a veces me dicen que cobro por 2 o 3 minutos,, entonces les digo que no es solo eso, es tener la máquina, la materia prima y saber de eso, eso se cobra”.

¿Seguís asesorándote con colegas?

Anabel – “Me costó mucho independizarme de estar preguntándole a Stella, hoy quizás molesto a colegas de Villa María o Las Varillas, hoy vienen cerraduras de las puertas de aluminio, con el tambor perita, que no son tan prácticas o comunes como las de una casa, yo hago lo básico, lo demás lo derivo si no puedo”.

¿Fue fundamental el apoyo de tu familia?

Anabel – “Si, ellos saben que por ahí estamos almorzando y me levanto y me voy, a la noche también me supe ir, cuando hay urgencias, son las situaciones que tiene el oficio”.