Una vez me preguntaron en una revista local, quien era mi referente, si se quiere también podría haber sido la pregunta, ¿quién es tu persona favorita en Pozo del Molle?, cuando somos pibes uno siempre idealiza a alguien, después si además lo conoce y tiene cosas lindas en común, más cariño les agarra a esos ídolos que forjó desde la niñez.  

Al Dr. lo conozco por mi papá Silvio, de muy chiquito cuando me llevaba a su consultorio los escuchaba hablar de River y de Belgrano, lo de Belgrano me llamaba la atención porque en la década del 90 no había internet y los canales de aire se veían muy mal, los de nuestra capital cordobesa, entonces me parecía muy común escuchar hablar de River o Boca, no así de Belgrano. Cuando salíamos del consultorio le preguntaba a mi papá, de donde él se había encariñado tanto con Belgrano y me contaba que el Dr., no era del pueblo, si no que había llegado de grande, incluso mi viejo bromeaba con el parecido físico que podía llegar a tener el Dr., con “chiche” Sosa (enganche histórico), mi viejo le buscaba parecidos a todos y eso también lo terminé heredando.

Luego, una vez que terminé mis estudios y me empecé a dedicar al periodismo, allá por el año 2007, Mauricio Zamudio me fue a buscar prácticamente para que me haga cargo de la producción de notas de la tv local, ese año en marzo, un mes que siempre me cayó muy bien, cumplían los años el Dr. Luis Guerberoff el 9 de marzo y Eduardo Melano “Titin” el 13, sin darme cuenta les hice una nota en donde le dieron rienda a sus historias de vida, después las repetiría en el tiempo, pero desde ahí tuve un romance con las entrevistas e historias de vida, no solo sería ya, un narrador de sucesos deportivos como en mis comienzos.

Luis Guerberoff nació un 9 de marzo de 1940, siempre narró que fue en Tránsito, hoy devenido en Villa Concepción del Tío, su papá, rumano, también fue doctor y falleció cuando él tenía 13 años, por eso el nombre de la clínica local lo pone en homenaje a su padre, su mamá trabajó, pero el también y mucho para poder estudiar medicina en Córdoba, se recibió joven y viajando se enamoraría de Pozo del Molle,

En un picnic de campo conoció a su esposa y formó un matrimonio con 4 hijos y buen número de nietos, hace un par de años atrás, llegaron desde Córdoba capital, periodistas de Colsecor, quienes escribían historias en la revista que tenían todas las películas del mes detallada, seguro alguno se acuerda de esas revistas. En ese momento me preguntaron, cuales son para vos, dos personajes que tengo que entrevistar para contar historias de Pozo del Molle, les contesté sin dudarlo, Luis Guerberoff y Elvio Comba.

En esa entrevista contó anécdotas muy lindas, que aquí les dejó algunas a continuación: “me tocó la última época de la medicina de guerra, no había ecografías, no había bioquímico... había que enviar las extracciones a Las Varillas y llamar por teléfono para ver los resultados. “En ciertos lugares de la zona rural no había caminos, eran huellas... iba como podía. Una vez me llamaron para atender un parto en un tambo, pleno campo y llovía torrencialmente. Yo no podía llegar en auto por el estado de los caminos y era imposible traer a la paciente. Entonces le pedí a un gaucho que me llevara en una volanta y cuando llegué, el bebé ya había nacido”.

“Para darte un ejemplo, no teníamos ambulancia. Para las urgencias solía llevarme don Pancho Mensa en su auto. Yo iba asistiendo al enfermo, teníamos las cosas mínimas”. También utilizaba su propio vehículo, “Las veces que habré subido pacientes a mi auto... los llevaba al hospital o donde fuera. No es fácil este trabajo, traté casos que fueron muy duros, muy difíciles”, contaba con mucha emoción el Dr. Luis.

Al pueblo llegó en la década del 60 y rápidamente trabajaría con emblemáticas personalidades, el Dr. Andino Giménez, Dr. Mario Fontana e incluso su última sociedad que fue con el Dr. Jorge Roland. Fue director del hospital Raúl Dobric, un pionero en la creación del albergue sagrada familia, un hombre de la cultura local, escribiendo relatos, obras de teatro, tal es así, que la biblioteca popular lo eligió para que la misma llevará su nombre. editó dos libros y es autor de dos obras de teatro, en esta faceta como escritor, recibió premios tanto del país como de España.

Le costó muchísimo dejar la medicina, pero encontró un camino, esos caminos que solo lo pueden caminar personas especiales, una vez me dijo, dejé de ser médico de consultorio para ser un médico de alma, es que lo instruyeron por su fe católica como un ministro de comunión. En más de una oportunidad cuando los sacerdotes de la localidad no estaban, el Dr. Luis visitaba a los enfermos, charlaba con ellos e incluso rezaba y los acompañaba hasta el último momento.

En lo personal tengo varias anécdotas que viví con el de manera especial, una de ellas que se me viene a la mente ahora, es la del 1 de agosto del 2011, el día de la nevada en Pozo del Molle, fui a trabajar a la cooperativa de Luz y temprano llegó Luis a buscarme, en ese momento en su Renault Clio que tuvo durante tanto años, me dice “tenes que venir conmigo a mi quinta, no sabes lo que es la nieve, parece un paisaje de almanaque”, tomé la cámara Kodak que teníamos en el trabajo y salimos, cuando llegamos a la esquina de la plaza me dice, “sácale una a la plaza también”, la cuestión es que fuimos a su casa, Fundación, a los barrios nuevos de ese entonces, incluso hasta la laguna cloacal en la ruta, terminamos en el centro cívico, estuvimos recorriendo juntos y yo sacando fotos, los dos mimetizados ante semejante evento natural.

Una vez nos sentamos a ver un Belgrano – Talleres, nunca vi una persona que se pusiera tan nerviosa y se compenetrara tanto con un partido, estábamos mi amigo “Loli” Moyano, mi papá y el Dr., en un centro de Belgrano se eyectó de la silla y tiró literal un cabezazo, a lo que sembró la carcajada de todos. La tarde del 25 de septiembre del 2022, entre las lágrimas del Belgrano campeón, del recuerdo de mi papá que ya no lo tengo físicamente, comenzó a llover fuerte, nosotros siempre fuimos pocos hinchas acá, es que todos eligen los equipos más promocionados de Buenos Aires, éramos tres autos locos y el perro callejero “Aldo” que nos acompañó toda la mini caravana.

En un momento de lucidez dije, ¿Qué me falta hacer? ¿Qué hacía yo cuando estaba contento por el fútbol y Belgrano?, ahí recordé que me abrazaba a mi viejo y al rato lo llamaba por teléfono al Dr. Luis, me faltaba ese saludo pasional, rápidamente nos fuimos con los muchachos a buscarlo, nos recibió con lágrimas en los ojos, jamás me voy a olvidar su llanto de felicidad. Cada 9 de marzo, levanté el teléfono para saludarte o te saludé en redes sociales mi amigo, hoy al enterarme de tu desaparición física me pegó bastante.

Y el tiempo pasa, debo confesar que, aunque muchos me digan, que es la vida misma, cada día que pasa me enojo y no entiendo tantas cosas, en estos momentos mientras escribo estas líneas me debato en ir o no a despedirte, es que ya pegan demasiado los golpes y prefiero quedarme con los recuerdos que nos dio la vida, que fueron muchos. Estoy pensando en tu esposa, en tus hijos, sobre todo en César y su familia que acaba de crecer, Bruno llegó hace pocas horas, como será manejar ese vaivén de emociones en cuestión de horas, claramente sé cómo es, por que también pasé de arrodillarme en una despedida a una alegría, claro, es la vida.

Y mira lo que es la vida, parece que esperaste lo que tenías que esperar y te fuiste en la mañana en donde Belgrano volvía a casa, porque sabes muy bien que, aunque nos presten el Kempes, Belgrano es Alberdi, no sabes lo lindo que está el estadio amigo, hermoso, pituco, de primera, acaba de meter un zapatazo Diarte que no lo puedo creer y Belgrano gana y se afianza, ¿habrás metido la mano ya?

Estoy contento por la victoria, porque siento que te rinden homenaje un rato los celestes, pienso en esto, Belgrano vuelve y gana en casa, vos amigo por más que te extrañemos un montón, no tengo dudas que estás en la casa de Dios, a la que no cualquiera llega, fuiste todo lo que muchos no hemos podido ni vamos a ser, un excelente profesional y una persona querida y respetada por toda una comunidad que te abrazó desde que llegaste, no vamos a ser egoístas, te mando un abrazo grande y anda a la casa que mereces, en este plano fuiste celeste de corazón, ahora ya sos “CELESTIAL”, anda navegando en  el BERGANTIN, surfea esas aguas de lluvias en tu despedida, sabiendo que fuiste el mejor de los nuestros, nuestro Dr. Luis, no te olvidaremos amigo, navega en paz, hasta pronto.