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2020-06-06 01:00:00 Ferremol - Gabriel Celada Maquinarias Agrícolas
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DANIEL RÍOS, EL ODONTOLÓGO QUE ESTUDIA MEDICINA POR UN BUEN MOTIVO

decidí estudiar medicina luego de recibirme en odontología por que voy por una revancha personal, elegi el camino más largo05/07/2020

DANIEL RÍOS, “EL ODONTOLÓGO QUE ESTUDIA MEDICINA POR UNA BUENA RAZÓN”

No todos los días, uno se va a encontrar con una historia similar, es más, diría que este ejemplo, es poco habitual, no es común que alguien se reciba con un título universitario y vuelva enseguida a estudiar otra carrera con la misma carga horaria e intensidad. Daniel Ríos, lo hace porque sabe lo que quiere, con 25 años de edad ya es odontólogo, técnico superior en prótesis dental y cursa el segundo año de medicina, quiere especializarse como su padre, en cirugía bucomaxilofacial, según cuenta, “elegí el camino más largo”, sin embargo, no tengo dudas que lo llenará de sabiduría, hoy lo tenemos en nuestro pueblo y vamos a conocer una historia familiar más que interesante.

Daniel Ríos “el manco” para muchos de nosotros que lo conocemos de más pibe, es hijo de Héctor Rios  “el teté”, un odontólogo cada vez más capacitado, su mamá es Susana Picco, quién es radióloga y técnica superior en prótesis dental, su hermana mayor Florencia es odontóloga y su hermana menor Carolina, se recibió de contadora.

¿Qué recuerdos tenes de Pozo del Molle, tu infancia?

Contesta Daniel - “Si me decís infancia se me viene a la cabeza la cuadra, el jugar con mis primos y los amigos del barrio de la zona de “La Barraca”, hoy ya no queda ni uno, por razones de la vida, ninguno de los chicos está”.

¿Qué recuerdos tenes del primario y secundario? ¿La promoción y el boliche?

Daniel – “La escuela primaria la hice en la escuela Gral San Martín, tengo la suerte de tener todavía hasta el día de hoy, a mis amigos de ese colegio, nos hacíamos llamar “Los Imparables”, somos un grupo de 12 que siempre estamos juntándonos los fines de semana, estamos en Pozo del Molle y algunos están en Villa María. En los actos del colegio hacía de San Martín, no me gustaba actuar pero capaz me ponían por ser alto, (mide 1,86), además tengo el recuerdo de haber sido abanderado”.

“El secundario lo hice en el Manuel Belgrano, hice la especialidad de Ciencias Naturales, una época única, si bien fuimos una banda tranquila, me llevó las amistades y un buen pasar. El boliche se llamó Jesse James, nos fue muy bien, nos sobró y nos llevamos plata para gastar allá, venia una buena racha del año anterior”.

Hay recuerdos tuyos en el deporte, ¿jugaste e hiciste un gol en primera en el clásico? ¿Volverías?

Daniel – “En cuanto a los deportes, hice de todo, fútbol fue lo último que hice, empecé con básquet en Sportivo, con Ariel Servetti, después jugaba al tenis, competíamos en Villa Maria con Marisa Mio, una vez en Córdoba me fue bien, en fútbol creo que es lo que menos me salía, pero lo compartí con amigos. Si tengo tres goles en primera, a Sportivo en un clásico, Almafuerte, Carrilobo no me los olvido más, el del clásico fue un día de mucho viento, empatamos 1 a 1, el Nano Pérez empató yo hice el primero, fue un centro perdido de Damián Seia, se confió el arquero que creo era Romagnoli, estaba Borlengo, salté alto y lo hice de cabeza de cara a la diagonal.

“Almafuerte en ese año volaban, nosotros no veníamos bien, y le hice el gol gracias a Sapito, escuché de afuera que me gritó, quedate acá que no te vean, corre y anda decidido, mientras Damián acomodaba la pelota, empecé a correr y cuando llegó la cabeceo, venía muy fuerte, no llegué a festejarlo con Sapito porque me pararon antes. No volvería, demasiado bien me fue para volver y arruinarla (sonríe)”.

¿Siempre tuviste claro que ibas a seguir los pasos de tu papá? ¿Querías ser odontólogo?

Daniel -  “Ya desde muy chiquito andaba dando vueltas por el consultorio de mi papá, me puso temprano a prueba, a ver sangre, las pasé, nunca me vi como otra cosa que no sea odontólogo, por ahí acompañaba a mi mamá y entraba a ver cirugía, nunca fue difícil la decisión, lo supe desde mucho tiempo antes”.

¿Estudiaste en Córdoba?

Daniel – “Me fui e hice el ingreso en la Universidad Nacional de Córdoba, fue difícil, pero no imposible, pude entrar bien y hacer la carrera al día, además tuve que adaptarme, aprender a vivir solo, la carrera la hice al día, fueron 5 años”.

¿Qué recuerdos tenes de la formación en la carrera?

Daniel - “No podría comparar lo público con lo privado, los primeros años fueron hermosos mientras teníamos las aulas, a la hora de la práctica teníamos un sillón para tres, nos sacábamos los ojos, está bueno ahora que lo veo más relajado, por ahí dependías de un paciente que no lo conocías para aprobar una materia, ese factor difícil que tiene la carrera. Nosotros a partir de mitad de tercer año de la carrera hasta quinto, necesitamos trabajar y te sentías odontólogo, por ejemplo por ahí para aprobar una materia necesitabas hacer 50 trabajos de caries, 30 extracciones, endodoncia (tratamiento de conductos) como 10 y eso era buscar pacientes como fuera, era muy estresante, porque podes ser un chico diez en la universidad pero si no tenias los pacientes, no aprobabas”. 

¿Cómo atraían a la gente para que ustedes practicaran, imagino que no fue fácil?

Daniel - “Nosotros publicábamos en la voz del Interior, pagábamos un poco más para aparecer en los lugares de trabajo, decía el aviso odontología gratis, lo hacía con mis amigos de Córdoba capital que los conocí el día que me fui a inscribir, nos recibimos juntos, estaban atrás mio en la fila, poníamos el aviso y llovían los pacientes, con mis compañeros por ahí nos cambiábamos los pacientes que nos escribían por facebook o por WhatsApp, porque era un modo de sobrevivir a la carrera”.

Me imagino que dentro de esos avisos, pasó de todo, ¿tenes muchas anécdotas?

Daniel – “Si tengo un montón de anécdotas, por ahí caía gente que quería blanquearse los dientes o colocarse braquet, que en la facultad no lo hacíamos, por ahí te escribían 60 personas por día al teléfono, teníamos que lidiar todo el día con eso, no me quiero imaginar como era antes, era estresante, había pacientes que te decían si queres que vaya págame el taxi, una sola vez pagué un taxi que tenia 15 pesos para el colectivo y se lo di.

¿Cómo rendían en la facultad con la supervisación de los profesores?

Daniel – “Los profesores los teníamos respirándote en la nuca, eran exigentes, tenias gente buenísima que te felicitaba y que te corregía bien, otros eran bravos, le decían a los pacientes, vos sí que tenes coraje, te haces atender con este que es la primera vez que hace el trabajo, teníamos de todo”.

“Tengo el recuerdo de la primera extracción que me hacen hacer, estaba con la aguja para poner la anestesia, me acuerdo que un profesor me dijo, porque estás temblando, yo le dije que estaba sacudiendo la gotita de la aguja para que no se diera cuenta, cuando termino, me empezó a aplaudir y pidió que todo el aula aplaudiera por que había sido mi primera extracción, había estado una semana convenciendo a la paciente para que fuera, cuando escuchó eso, ella tenía más para hacerse pero no volvió más. (Sonríe).

¿Cómo se da tu regreso a Pozo del Molle?

Daniel – “Por cuestiones de la vida pegué la vuelta, desde acá una tiene otras cosas que observas, vivir en el pueblo es muy tranquilo, es otra vida, por ahí charlando con mi papá veíamos que las mismas cosas que podíamos hacer en una gran ciudad, podíamos hacerla acá, entonces por eso se da mi regreso”.

¿Tu familia tiene consultorio propio en Córdoba capital, atienden allá?

Daniel – “Si mi hermana decidió quedarse en Córdoba, por cuestiones de la vida, tiene novio allá, pero ya mi papá iba a trabajar a la capital desde que yo estudiaba en primer año, hoy nuestro consultorio está ubicado en Nueva Córdoba, con un lugar propio, muy bien ubicado, un lugar muy lindo, ahora lo maneja Florencia mi hermana, nosotros vamos a trabajar los fines de semana, la verdad que tiene muchos pacientes, está en la calle Paraná, nosotros vamos a hacer cirugía, jueves, viernes, sábados, vamos por casos más complejos, el resto de los días mi hermana atiende el consultorio con otras situaciones, se encarga de todo lo demás”.

¿Se acostumbraron con tu papá para viajar a atender a Córdoba?

Daniel - “Por ahí cansa un poco viajar pero lo hacemos todas las semanas, tenemos la suerte que nuestro consultorio en Córdoba está al frente del departamento en donde vivimos y además de los clientes que llegan desde ese lugar, muchos estudiantes del pueblo, saben que mi hermana está, otros me conocen a mí, saben cuándo va mi papá, entonces, como que muchos mollenses que viven allá se atienden en Córdoba con nosotros también”.  

Tengo entendido que siguen especializándose, no se quedan con lo que aprendieron sino que además, tienen otras especialidades para las que se van formando, ¿contame de que se trata? ¿Realizaron viajes al exterior?

Daniel – “Son situaciones complejas para las que me estoy preparando, por ahí lo que me gusta mucho es traumatología, malformaciones, por ejemplo como labio leporino esas cosas que si queres hoy, no hay muchas personas que se dediquen a eso, para eso está habilitado un cirujano bucomaxilofacial, no un odontólogo común. Cuando uno se opera de chico tiene mejores resultados, son procesos de rápida resolución”.

“Todo esto es parte de la locura de mi viejo, tiene casi 59 años y sigue estudiando y capacitándose, en una oportunidad pudimos ir a Brasil, a ver el tema de la cirugía ortognática, son malformaciones o deformaciones en la cara por así llamarlo, personas que tienen la mandíbula hacia adelante o la pera más chica, no solo es resolver desde lo estético si no lo funcional, lo que conlleva esa malformación, algunas personas tienen problemas para masticar, otras hasta no pueden respirar a la noche cuando duermen, lo que se conoce como la apnea del sueño, estuvimos como 15 días en Maceió, estuvimos reunidos con cirujanos bucomaxilofaciales”.

“Mi hermana hizo un Máster en odontología Láser, que yo te diría que es no solo el futuro, si no el presente de la odontología, con una luz haces todo lo que se venía haciendo antes con una turbina, hoy material de blanqueamiento, hasta los que hacen bisturí trabajan, lo hizo en Alemania”.

¿La gente de la zona, empieza a enterarse ya, que aquí ustedes resuelven este tipo de complejidades?

Daniel – “Hay un gran círculo de personas de la zona que llegan al consultorio por las situaciones complejas que resuelve mi papá, todos vienen recomendados, muelas de juicios complicadas, quistes, la parte de rehabilitación en implantología, injertos, se necesita mucha formación para hacerlos. Por nombrarte algunos pueblos, vienen de El Arañado, Calchin, Alicia, Carrilobo, vienen recomendados por odontólogos”.

¿En qué momento te das cuenta que querías seguir con la misma especialización que tu papá?

Daniel – “En un momento me encontré en el consultorio solo haciendo odontología general que por ahí no me gusta tanto, ahí dije no quiero tener 40 años y seguir arreglando caries, por eso me quiero diferenciar y hacer lo que más me gusta que son las cirugías”.

“Fui ayudante alumno, el segundo año me anoté en anatomía, tuve un gran profesor que junto con mi viejo me insertó el bichito de la cirugía, íbamos a ver al hospital San Ronque, Rodrigo Juárez, fue uno de los culpables, lo descubrí en la carrera, yo tenía la visión de que el odontólogo arreglaba caries, pero hacen cirugías de boca. Dentro de la odontología, está la cirugía bucomaxilofacial, yo no lo pude hacer por edad, mi viejo sí ya está recibido, porque tenes que tener 5 años de profesión, son cirugías que abarcan mucho más, injertos de huesos, implantes, quistes.  En el San Roque vi mucho traumatismo, choques de moto, había que arreglarles la cara, es una especialidad que no hacen los odontólogos comunes”.

“Me gusta esto de las cirugías, me abrió las puertas un cirujano de cabeza, cuello para ir a ayudarlo, de vez en cuando seguimos yendo al San Roque a ver, también a veces con la familia Roland tenemos contactos, Jorge nos abre las puertas porque sabe que estudiamos medicina, siempre nos deja consultarle. Hasta a veces voy y le ayudó con las cirugías a mi primo Jorge Ríos que es veterinario, me encantan las cirugías”.

Mientras estudiaste la carrera, ¿hiciste otras tareas relacionadas, que te iban marcando un rumbo a seguir?

Daniel – “Yo mientras estudiaba odontología hacia muchas cosas relacionadas a eso, hice materias agregadas, anatomía, estomatología, que es muy importante, hay una campaña que dice sácale la lengua al cáncer, salió a nivel nacional, por ahí ir al dentista es no ir a ver solo los dientes, hoy hay cáncer de lengua, labios, más en esta zona que es rural, que no usan mucho protector labial, es importante controlarse eso, lo veíamos mucho”.

“En tercer año, estuve en el laboratorio, me recibí de técnico superior en prótesis dental, tenemos un laboratorio propio, mi mamá también lo hace porque tiene ese título y es radióloga también. El último año hice cursos de implantes, implante es la raíz artificial que va atornillada al hueso. Hoy se busca el blanqueamiento, lo demanda la sociedad, depende de los materiales con lo que los hacen, no es doloroso, se ven rápido los resultados, pero hay que mantenerlo, hay una dieta blanca, aconsejable, mi hermana maneja bien este tema, pero yo siempre traté de estudiar cursos, cátedras, para tener idea de muchas cosas”.  

¿Cómo se dan esos casos de cáncer que nombraste anteriormente?

Daniel – “Mucho viene por cigarrillo, alcoholismo, la zona nuestra que es rural, en los veranos no usan gorra y lo que sufre  mucho es el labio inferior, se aconseja poner mucho protector solar y no lo hacen”

¿El sol es muy nocivo para la salud?

Daniel – “No es bueno, muchísimo daño hace, en el labio inferior, hay muchos casos, incluso hemos operado acá con mi papá por este tipo de situaciones, se hace como una costrita, dura, es doloroso, tiene buen pronóstico, porque uno lo ve y lo palpa. Mi hermana también estuvo en esa cátedra ahora que recuerdo”.

¿Por qué decidiste estudiar medicina? ¿En qué momento lo decidiste?

Daniel – “Hay un problema grande con la cirugía bucomaxilofacial, ni los médicos conocen esto, por ahí sos odontólogo y no te dejan entrar al quirófano, es un problema de Latinoamérica, en otros lugares del mundo no hay problema. Por eso decido estudiar medicina, arranque apenas me recibí de odontólogo, hice el ingreso a medicina, pero antes intente hacer la residencia en Buenos Aires, había un solo lugar en el país, quede segundo entre 35 personas, me impulsó a tomar revancha, por la vía más larga, fui con mi primo que me acompañó, sin idea de nada de la locura de esa ciudad, rendí en la UBA, había paraguayos, concursando por la única plaza que yo quería, éramos 35 pero fueron mucho más, la diferencia con el primero fue por muy poco, no lo podía creer, ahí tenía que esperar 5 años de trabajo de odontólogo, pero me decidí por intentar ser médico y obtener allanado el camino por ese lado”.  

¿Esta vez estudias más cerca?

Daniel – “Si voy a la Universidad de Vila Maria, estoy en segundo año, estudiando virtual, mi papá tuvo un problema, se operó, con un by pass, hace 2 años que lo operaron, era la primera vez que manejaba en Cba y nos vinimos con mi tío Luis Maria, en ese viaje venía manejando y masticando la idea, no le había dicho a nadie, cuando llegábamos a Villa Maria, me anotó dije, doble y sabia que estaban las inscripciones, doble y me fui a anotar”.

¿Y qué te dijo tu tío? (Luis es médico)

Daniel - “Que estaba loco me dijo mi tío (sonríe). Hice el ingreso pensando que no iba a entrar, arranque y le metí, son 6 años”.

¿Te conformas con ser médico ya que eso te daría lo que buscas, aplicar la cirugía bucomaxilofacial? ¿O harías una residencia, especialización?

Daniel – “Si me gustaría hacer cirugía de cabeza - cuello, como una súper especialización tendría junto con lo de medicina, sería lo que hoy estoy buscando”.   

¿Qué le dirías a un pibe que quiere estudiar tu carrera?

“Que se prepare porque es adictiva, no es fácil arrancar, yo tengo la suerte y la fortuna de tener todo armado, pero si no, creo que estaría luchándola todavía”.

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