El MOLLENSE QUE ES JUEZ PROVINCIAL EN RÍO TERCERO

Pablo Martina, hace un tiempo se subió a un colectivo sin saber qué carrera estudiar, se abrazó a la abogacía y más tarde anheló ser juez, insistió y lo logró.

Pablo nació en Pozo del Molle un 18 de enero de 1975, es hijo de Domingo Martina y Ormelia (la tity) (ambos fallecidos) y sus hermanos de ese matrimonio fueron Gladys (yayi, fallecida), Omar (Kuki), Iris (actualmente en La Rioja), Luis (Nino) y Liliana (la seño Lili), realizó sus estudios primarios en el colegio San Martín y el secundario en el instituto Gral Manuel Belgrano. Su vida estuvo relacionada al deporte, fue uno de los atletas más importantes del centro de atletismo municipal, durante mucho tiempo ostentó récord a nivel provincial que sigue vigente (57,13 en 400 con vallas en el año 1993), bajo las ordenes del capitán Cuqui (su hermano), hace poco disputó un mundial de fútbol de abogacía, sigue ligado a las actividades deportivas a pesar de sus grandes responsabilidades.

Hace unos atrás, en el 2018 Pablo fue ratificado en el cargo de juez de primera instancia en Rio Tercero, en aquella oportunidad habíamos plasmado una nota en la televisión local de Pozo del Molle. Como pasa siempre, alguien pudo haberse perdido esta historia, así que mi intención es dejarla aquí escrita, es una historia de perseverancia, pero principalmente de alguien que una vez que encontró su vocación, siguió buscando y poniéndose metas de crecimiento.

Tenias la meta de ser juez, ¿Cómo fue lograr esta meta tan importante?

Pablo – “Si costó, todo cuesta, fue cuestión de insistir e insistir, no me lo imaginaba, si bien estaba en la orden de mérito, un día recibí el llamado del Tribunal Superior, ahí me dicen que se habían generado dos vacantes, una en Cosquin y la otra en Rio Tercero, tuve que definir rápido en unos días, hubo un feriado al medio para pensar a donde ir.  Entonces agarré el auto y fui a ver, aunque uno no lo crea los lugares transmiten cosas, fui hasta Cosquin y conocí los tribunales por fuera, estaba todo cerrado, desde ahí me fui a Rio Tercero, las sensaciones fueran distintas, como que me llamó Rio Tercero, me dio el empuje para decidir una opción, es una ciudad grande, buena infraestructura, las cámaras que dependen del mismo tribunal están en el mismo lugar, eso ayuda mucho en ir por el mismo sentido en cuanto jurisprudencia y demás”.

“Fui como suplente y luego parecía que la vacante definitiva iba a ser en Alta Gracia, pero el juez que regresó a la actividad quería por razones de salud el traslado, presentamos unas notas y por varias razones yo quise quedarme en Rio Tercero, es el término medio entre Pozo del Molle y Córdoba, el silencio de un pueblo en la noche, el movimiento del cine, teatro, es un lugar en donde me han tratado muy bien”.

¿Es juez de primera instancia? ¿Qué áreas abarca?

Pablo – “Si es juez provincial, juez de la provincia, en Rio Tercero yo estoy en lo que sería juzgado múltiples, abarca las materias de civil, comercial, conciliación y familia, en su momento tuvimos una oficina de violencia familiar y de una oficina sobre el tema de ejecuciones fiscales, el trabajo es variado y mucho. A mí la vida me llevó más a lo civil y luego a pasar a un juzgado de quiebras en Córdoba, no que experimente en vivo lo de juzgado de familia, lo que es materia de quiebras y sociedades estuve bastante, la vida me fue preparando para esto. Es juez de primera instancia y de la décima circunscripción, la provincia está dividida en 10 circunscripciones y la 10 es Rio Tercero.

¿Cómo es rendir para juez? ¿Cómo es el proceso?

Pablo – “Esta era la cuarta vez que rendía, todo consiste en insistir, a algunos les cuesta más que a otros, todo se puede si uno insiste en eso, se pone metas y toma cada caída como aprendizaje para no volver a cometer los mismos errores, va a llegar cuando tenga que llegar, uno no lo puede acelerar, las primeras veces que rendí ahí en el Consejo de la Magistratura, yo decía que me faltó, si estaba todo bien, hoy que estoy en el cargo me doy cuenta que me hubieran faltado cosas para actuar como juez, yo en ese momento no era funcionario, sino relator solamente, relator es como un cargo en donde sos ayudante del juez pero sos empleado, las responsabilidades no son las mismas, después si fui funcionario, prosecretario y ahí uno tiene que lidiar con muchas cosas y otras responsabilidades, hoy estoy contento por haber llegado”.

¿De qué se trata, es un examen, bajo que condiciones?

Pablo – “Las vacantes se generan y cuando se generan comienza un largo proceso, el primero es un examen escrito en el que te dan un expediente para que uno lo resuelva en 6 horas, uno se puede llevar los libros que sean, que no tengan la forma de resolver un fallo, si no en cuanto al derecho de fondo, previamente ellos te notifican y te dan una cierta cantidad de temas que pueden llegar aparecer en el sorteo, tenes 15 temas distintos, choques, desalojos, ellos seleccionan del interior algún fallo que renga resolución de cámara para fijar un criterio, o directamente que lo haya resuelto el TSJ (Tribunal Superior de Justicia), ese expediente es fotocopiado en base a la cantidad de participantes, en el último concurso éramos 100, cada vez son más los que se inscriben”.

“Uno llega el día del examen, se hace un sorteo, y tenes las 6 horas de examen, arranca a las 8 de la mañana, hasta las 12 no arranca, luego estás hasta las 18 hs, después llamas a alguien que te lleve el escrito y ellos dan los que aprobaron, no sabemos que sacamos, el escrito es entre 20 y 40 puntos, solos nos dicen aprobaron. Luego del escrito viene una entrevista que se da en el Consejo de la magistratura, hay miembros de todos los sectores importantes, el TSJ, representantes de la asociación de magistrados, de la universidad, ministros del poder legislativo, es una mesa grande de 15 personas en donde estás sentado en la punta de la mesa”.

¿Hay concursos para rendir por vacantes en la provincia y en el interior?

Pablo – “Yo si me anoté para rendir en capital y en el interior, rendí los dos, había aprobados los dos, primero fue la entrevista del interior y por suerte llegué a los 70 puntos, quedamos 9 de los 100 concursantes, tuve que renunciar a la siguiente entrevista de capital por que ya estaba en un orden de merito, el orden vigente estaba vigente por un año con posibilidad de prorrogarlo un año más, dos ó 4 se puede dependiendo el puntaje en examen”.

¿Uno se prepara distinto desde lo psicológico en estos cargos? ¿Cómo manejan llevar esas decisiones finales?

Pablo – “El grupo de trabajo hace que todo sea más fácil, uno aprende a dar las ordenes para que parezcan que no son ordenes, o cuando alguien hace un trabajo bien reconocérselo, muchas cosas las voy a ir aprendiendo, errores voy a cometer un montón, hoy hay temas muy complejos de violencia familiar, uno tiene que estar atento de librar una orden a tiempo, en cuanto a lo material, patrimonial, siempre está la posibilidad de recuperarse”.

¿A lo largo del camino, la familia estuvo y es importante?

Pablo – “Tuve la suerte de que mi familia siempre me apoyo, desde cebarme un mate en la cama cuando estaba estudiando o yendo a Córdoba a visitarme para que no esté solo, es difícil llegar, pero más difícil si uno no tiene quien lo acompañe”.

La historia de un mollense,  que desde muy joven se fue a Córdoba, se sabe que viajó en un colectivo con un papel en donde marcó algunas carreras que le interesaban, al llegar a nuestra capital recién ahí eligió abogacía y lo demás es historia conocida.