Cuando se decretó la cuarentena en marzo de 2020 el miedo nos invadió a todos por igual, el encierro nos alejó del virus y recién veríamos la aguja de la estadísticas golpearnos el 11 de septiembre, tras una fiesta del pueblo virtual e inédita, en conferencia de prensa se anunciaban 7 casos y de ahí en adelante nunca dejaron de positivarse las tablas e informes.

El COE local se creó y muchos se pusieron la pandemia al hombro, algunos no tuvieron opción, estaban en la primera línea como profesionales de la salud, otros eran funcionarios que les tocó estar al frente y no pudieron esquivarle al bulto, habían ingresado con otras ideas pero este cachetazo de realidad los privó de privilegios y los expuso ante la mirada de la mayoría que lo veían desde casa.

El primer escenario fue el Teatrino municipal, luego se trasladaría a la guardería municipal, sin embargo más allá del lugar la gente que estaba al frente fueron los mismos, el SUM de la calle 25 de mayo se cerró para las actividades de recreación y sirvió de contención en momentos críticos. En un momento estudiantes de medicina y de otras ramas se ofrecieron voluntariamente para ayudar, trabajadores del área social o ramas similares atendían el teléfono brindando contención y seguimiento a los pacientes.

Los números son números pero cuando pegan cerca dejan de serlo, al principio nos hacían ruido los contagios, luego las derivaciones y ni que hablar los decesos, pero a pesar de todo en esos 371 días muchos habrán encontrado alguna razón para seguir intentando y resistir.

En este septiembre de 2021 por más que pueda ser momentánea esta victoria que se celebra, nos demuestra que debemos valorar esos pequeños triunfos, si comparamos con el año anterior, pasamos de una fiesta televisiva o virtual a poder reunirnos todos en una carpa de circo en Fundación, con diferentes espectáculos.

Es cierto que no hubo actos fuertes de inauguraciones, pero las obras están llegando y de calidad, la circunvalación entre Pozo del Molle y Carrilobo ya luce terminada, las diagonales Perón e Illia muy avanzadas en las pavimentación, el jardín Gabriela Mistral en marcha y en lo social se podrá volver a los festejos con el 40 % de aforo en los lugares, los pub, comedores incluso ya han podido extender más horario el nocturno, hasta se animaron a traer artistas en vivo.

La gente vivió una fiesta de la democracia con una votación histórica, se votó barbijo de por medio con un padrón del 66% y con una escenario que debutó, a los reconocidos colegios Malbrán y San Martín, se sumó el IPEM 399 “Héroes de Malvinas”. La educación empezó a unir burbujas, los chicos que hace un año y medio no se sientan todos juntos, lo están haciendo, las actividades culturales se cobijaron en Sociedad Italiana y volverán con todo al SUM.

El deporte volvió en agosto y parece que esta vez vino para quedarse, el baby fútbol de Sportivo, el vóley, básquet, tiro, todos están teniendo competencias los fines de semana, van cosechando alegrías luego de tantas esperas, días atrás la maratón tuvo más de 130 corredores y las calles se inundaron de buenas energías.

No hay tiempo para debatir si lo que nos pasa es producto de la inoculación efectiva, porque nunca nos vamos a poner de acuerdo, algunos dirán que surtió efecto, algunos incrédulos dirán que es producto del azar, lo único cierto es que esto nos enseño a vivir el día a día, en la guardería las mujeres de buena mano siguieron gatillando a buen ritmo, gatillaban esperanza para muchos que recibían las noticias por el famoso CIDI como una bendición.

En líneas generales tenemos mucho más para celebrar, podremos retroceder, pero nadie nos quitará la lección de estos 371 días, claramente han sido toda una vida, por eso es “NORMAL”, que lo estemos celebrando.

Fotografías: Personal del Hospital Raúl Dobric, área de comunicación de la Municipalidad Pozo del Molle.