En más de una oportunidad tenemos historias que pasan por nuestro pueblo y pasan de largo como si nada, anoche mientras estaba cenando me sonó el teléfono y mi amigo Robert Bocco me llamaba para decirme que en la terminal había un viajero bastante particular.

Antes de partir hacia allá con mi compañera Liliana, ingresé a google y me encontré con la historia de una persona, Martin Castro quien ha sido entrevistado desde que ingresó a la provincia de Córdoba, porque a muchos les llamaba la atención su compañía, se mueve con 5 perros constantemente.

En el trayecto a la terminal, durante el encuentro que tuvimos con él y en el post diálogo para una nota televisiva, tuve miles de reflexiones, en cuanto a la historia de vida de él, además de pensar en nuestra sociedad actual.

En la pandemia Martín trabajaba en Neuquén y fue despedido, es oriundo de Buenos Aires, asegura haber sufrido mucho frio en el sur y que emprendió viaje a un lugar en donde pueda establecerse de manera fija, en su antiguo lugar de trabajo querían deshacerse de los perros, el los considera familia así que lo juntó a todos y se los llevó consigo en este viaje que viene realizando.

Al no encontrar trabajo estable viene viajando a dedo y camioneros frecuentemente lo levantan en el camino a él y a los 5 perros, incluso llegó a encontrarse con personas que lo veían caminando en la ruta y pasaban al otro día con frazadas en las camionetas y lo iban llevando de pueblo en pueblo. De Neuquén llegó a La Pampa, luego estuvo en Rio Cuarto y vino frenando en pueblos de la ruta 158 hasta que llegó a Villa María.

En Villa María estuvo largos días trabajando y sus perros quedaban solos en una casa que le habían prestado momentáneamente pero la misma estaba a la venta, luego de varios días notó que sus perros estaban haciendo sus típicas necesidades en la casa, la misma carecía de espacios verdes, llamó a la persona que le había prestado el hogar y le dijo “me voy, no quiero que la casa que tenes a la venta, se te venga abajo por tener yo encerrado a los perros”.

Es así que anoche martes 17 de agosto llegó a la terminal de Pozo del Molle, cuando charló con nosotros, para ser honesto con el relato, debo contar todas las sensaciones, tenemos un pueblo que aunque no lo demuestre tiene heridas que aun no cicatrizaron, es difícil volver a confiar en lugareños que llegan de paso, fue entendible que una parte de la sociedad alertará sobre la presencia de alguien “nuevo”.

El organismo de control rápidamente se apersonó en el lugar y entrevistó a la persona y dio cuenta de la situación, al mismo tiempo que personas solidarias también se acercaron con comida para los perros y medicamentos, ya que uno de los perros de Martin tenia “Otitis” y se encontraba visiblemente molesto.

Quizás el detalle más importante que sentí en esos minutos fue el siguiente, en un momento Martín se alejó a diez pasos de sus perros para dialogar con personas del pueblo, los 5 perros que estaban atados al poste de luz de la terminal, no dejaban de mirarlo y de llorar en silencio para que volviera al lado de ellos, fue una cuestión de 5 minutos, los 5 amigos de Martín estaban preocupados por la lejanía de él para con ellos, la postura de ellos fue llamativa, los perros estaban acostados en el suelo, pero cuando se alejó Martín los 5 se pararon y lo seguían atentamente con sus miradas.

En el dialogo con Martin me llamó la atención algunas cuestiones, por cuestiones de protocolos estuve con él barbijo puesto, los perros se alteraban a no poder verme el rostro, o quizás tendrán un mal recuerdo relacionado, en un momento Martín me dijo que muchos se acercaban a ayudarlo y estaba emocionado, pero que no podía creer que había gente que se acercaba a molestarle o pegarle a sus perros,  aunque en Córdoba dice que desde que entró todo le había sido mucho más fácil.

Su idea es llegar a San Francisco, quiere encontrar un lugar para trabajar y poder dejar a sus perros, su familia, sueña con eso y con un reencuentro con su hija a quien no ve desde hace un año y medio y retomó el dialogo telefónico y planean verse ni bien establezca un lugar fijo.

En la mañana de este miércoles 18 de agosto, Martín siguió su camino, esta mañana lo vieron caminando por la ruta con los 5 perros, nos deja un montón de preguntas, tenemos una sociedad compleja, en donde los malos momentos y las malas intenciones nos han atemorizados, por eso es raro encontrarse con una apertura total frente a algo nuevo y que sale de lo habitual.

Me costó a mí, le costó a muchos y les seguirá costando, con los recaudos necesarios tendremos que seguir avanzando y confiando en quienes nos cuidan, aquí en una noche de martes pasó Martín, un tipo distinto, al que no vamos a terminar de conocer, lo que si conocí en esos minutos fue la lealtad, de él para con sus animales y de sus animales para él, algo que anhelaría en todos los órdenes de la vida, pero escasea.

Si lo ven, al menos permítanse indagar, al fin y al cabo parece ser, un viaje con amigos, nada más.