Norma Elena Frezzi nació en Santa Eufemia y es hija de Dino Frezzi y Juana Bertetti, sus hermanos se llamaron Hugo Serafín y Raúl Enrique, más adelante contrajo matrimonio con Néstor “Pirí” Gioda y en Pozo del Molle empezarían su vida con tres hijas nacidas de dicha unión, Maria Beatriz, Claudia Cecilia y Bibiana Patricia.

Norma para muchos de nosotros, los de mi generación, ha sido el primer contacto con la palabra música, con la asignatura, a principios de los 90, solo la escuela Gral San Martín tenía un coro juvenil con Marisa Melano, pero el resto nos topábamos con algo similar recién cuando llegábamos al secundario y nos encontrábamos con la profe Norma. En lo que respecta a mi persona, la conocí hace 25 años, la vi ingresar al aula con un peinado recogido, esos ojos celestes y una voz suave, dulce con la cual de a poco nos fue mostrando un camino poco recorrido para muchos, el conocer de instrumentos, de expresión y canto.

Aquí parte de su historia.

¿Dónde nació y como fueron sus estudios primarios?

Norma – “Nací en Santa Eufemia, lo que más recuerdo es que vivíamos cerca del pueblo, en un campo que estaba a dos mil metros y teníamos un sulky con un pony que mi padre le había hecho hacer la montura, todo, e íbamos al colegio en ese sulkycito, pero después el problema se hacía a la salida, queríamos dar una vuelta y llegábamos tarde a casa, lo recordamos con mucho cariño a ese momento”.

“Las maestras venían algunas de La Carlota, llegaban en el colectivo de la empresa Coata, una vez que me recibí me pusieron en el colegio de monjas, estuve 5 años estudiando ahí y me recibí de maestra, ahí empecé a dar clases en Santa Eufemia”.

Entonces una vez que terminó el primario, ¿siempre supo que sería docente y que estaría relacionada a la música?

Norma – “En realidad siempre me gustó ser bailarina de ballet, cuando me recibí le dije a mi madre que quería ir a Córdoba a hacer eso, no me dejaron, coincidió con que ya estaba de novia con “Pirí”, es algo que me quedó como pendiente, pero estudiaba piano, desde los 9 años, venía a rendir a Villa Maria ahí en el conservatorio, allí había un matrimonio, uno tomaba teoría y solfeo, la señora tocaba piano, después hice ingles 3 ó 4 años que viajaba a La Carlota porque en mi pueblo no había”.

¿Entonces se recibió de maestra de grado?

Norma – “Claro se llamaba magisterio, era muy recto el colegio, nos dejaban una vez por mes ver a nuestros padres, una vez fue un primo hermano y no lo dejaron entrar, recuerdo por ahí con tristeza que cuando iban mis padres me quería volver con ellos y no nos dejaban, era complicado pero lo pasamos”.

¿Sus primeras experiencias laborales fueron en Santa Eufemia?

Norma – “Si me anoto en la escuela nacional y empecé a dar clases en primer grado inferior, hace poco un alumno me saludó y recordaba que le había dado clases en segundo grado, hasta me dijo que se sentaba en el segundo banco, allí en Santa Eufemia, me llamo mucho la atención y me dio mucha alegría”.

¿En qué momento empieza su vida en Pozo del Molle?

Norma – “Estuve hasta los 22 años en Santa Eufemia me casé y me vine a Pozo del Molle, cuando llegué era todo nuevo, vivíamos ahí donde ahora está Silvia Valentinuz (Petri), al lado vivía el Dr. Luis Guerberoff y yo me hice muy amiga de la mamá de “Kiki” (esposa del Dr.), doña Paula, cuando “Pirí” salía yo me cruzaba de ella, al principio extrañé y lloré muchísimo, extrañaba mi casa, mi familia, mi casa siempre fue un lugar con mucha gente, a veces llegaban compradores de caballos y dormían ahí, les dábamos de comer, pase de una casa poblada a estar los dos solos con “Piri”, por eso me costó el principio mucho, después me fui haciendo”.

¿Su vida laboral fue siempre ahí en el Instituto Manuel Belgrano?

Norma – “Fue ahí en el secundario mi comienzo, me vino a buscar el padre Tosolini junto con la señora Olga de Baudino, el vino a buscarme para dar religión, sabía que yo había estado en el colegio de monjas, ahí estuve mucho tiempo como profe de música y religión, empecé como probando ya que no sabía si podía ser capaz, pero el padre Tosolini confió en mí, me prometió ayuda y fueron realmente muy buenos conmigo”.

¿Qué recuerdos tiene del instituto? ¿Cuántos años estuvo?

Norma – “Si fueron 31 años y uno vio de todo, recuerdo de un chico que una vez había tomado examen y eran como 40 y divididos en 5 filas, el tenia el libro en sus pies y copiaba, cuando me doy cuenta y voy, le pegó una patada que lo mandó al fondo, lo recogió y le dije, esto que es, deme la hoja, después recuerdo otro varón que me vino a recriminar por que no le había puesto un 10 como a fulana, ahí le expliqué que el 10 era sobresaliente y felicitaciones, la prueba de fulana estaba impecable, la suya toda borrada, mal presentada, era recta en ese aspecto. Me acuerdo mucho de haber dado los últimos años en la granja también, tengo recuerdos hermosos de todo”.

¿Qué enseñaba en música principalmente que es donde más la recuerdo?

Norma – “Lo que nos daban en el programa, comprábamos los libros y dábamos lo que planificamos, rara vez dábamos algo distinto, aparte la señorita Aida (Piccato) era muy recta, controlaba mucho las planificaciones, yo daba de primero a cuarto año, yo llevaba a los alumnos a cantar, tocaba el piano en la sala de música”.

“Las canciones yo las iba eligiendo, pero principalmente hacia foco en lo teórico, hablando de los periodos del hombre, por decirte la edad media que instrumentos se usaban y como eran, como los armaban, me gustaba muchísimo, me fui acostumbrando luego de la invitación del padre Tosolini y la señora Olga.

¿Se hacían fuertes las despedidas a los alumnos cada año?

Norma – “Si me gustaban y eran fuertes, nosotros nos encariñábamos con los chicos, los alumnos, por ahí se te caían las lágrimas, algunos se iban a Córdoba, Rosario, Villa Maria, pero bueno en la calle después te decían (chau, hola profe), eso es lo más llevo. Con los compañeros me llevo lo mejor, estoy en paz conmigo misma, se que hice todo lo humanamente posible para enseñar, cuando iba a Córdoba siempre averiguaba y estaba al tanto de renovarme con los libros y así”.

Cuando se entera de que le tocaba despedirse por la jubilación, ¿costó irse después de tantos años?

Norma – “En realidad estaba un poco desgastada, primero se jubiló mi marido y después de unos meses lo hice yo, fue en el año 2004, no me costó porque estaba un poco cansada, habían pasado muchos años y el cambio generacional lo sentí, por ahí no existía tanto el respeto como en otras generaciones, se renegaba un poco más, no les interesaba la materia, en realidad creo que me lleve mejor con las anteriores generaciones”.

Si tuviera que resumir en pocas palabras ¿Qué fue el Belgrano para usted?

Norma – “Fue muy importante, aprenda un montón de cosas, conocí a compañeros que siguen siendo compañeros, nos seguimos escribiendo por WhatsApp, las noticias del momento, la pase tan bien que después nunca más volví a mis inicios, es decir no volví a dar clases en primaria”.

Si bien vino a los 22 años, ¿Qué es Pozo del Molle para usted?

Norma – “Yo lo quiero a Pozo del Molle, ahora me pasa al revés que cuando voy a Santa Eufemia, siento que Pozo del Molle es mi lugar”.  

¿Un mensaje a los jóvenes?

Norma – “Que se preparen intelectualmente y que siempre tengan presente  la educación, la educación en todo sentido, con las amistades, autoridades, la educación por sobre todas las cosas”.

Así cerramos otra historia, la profe Norma, una de esas tantas personas que nos ayudaron a no notar tanto el cambio grande de pasar de un primario a secundario, más a los de mi época que saltamos de 6º grado a 1º año, además de entrevistarla me di el lujo de volver a cantar a dúo con ella 25 años después, “madrugada el conde Olinos, mañanita de San Juan”, recordar es vivir.